4.5.23

El Logos Vs Las Falacias Lógicas (Parte VIII)

 En esta serie, estoy repasando diferentes falacias lógicas, usando pasajes de la vida de Jesús para observar ejemplos de estos argumentos y cómo responder a ellos. Las demás partes están aquí: Parte 1Parte 2Parte 3Parte 4Parte 5Parte 6, Parte 7.

22- El Falso Escocés

La falacia del Falso Escocés ocurre cuando uno redefine arbitrariamente una categoría para excluir a aquellos que no cumplen con sus criterios subjetivos, excluyendo casos que de otro modo refutarían su afirmación, a menudo para proteger una generalización o un estereotipo para que no sea cuestionado.

El siguiente ejemplo ilustra la falacia al igual que de dónde recibe su nombre:

A: "Todos los escoceses aman el haggis (un plato escocés que consiste en tripas de oveja o ternera)".

B: "Pero mi amigo Angus de Escocia odia el haggis".

A: "Bueno, pues Angus no es un verdadero escocés".

Este es un ejemplo de la falacia del Falso Escocés, donde la persona A intenta excluir al amigo Angus de la categoría de "verdadero escocés" para mantener su afirmación de que todos los escoceses aman el haggis. Esto es irracional, pues la definición de “escocés” responde solo a si la persona nació en Escocia, no con respecto a sus preferencias gastronómicas.

Al confiar en la creencia de que los contraejemplos pueden excluirse a través de la redefinición, uno evita participar en una discusión justa y racional de los méritos del problema en cuestión. Para evitar esta falacia, es esencial reconocer que las definiciones y los criterios deben permanecer consistentes y evaluar las afirmaciones con base en la calidad de la evidencia y la solidez del razonamiento, en lugar de una exclusión arbitraria de contraejemplos.

En Mateo 23:13-36, Jesús reprende fuertemente a los fariseos por su hipocresía y falsa piedad. En esencia, la actitud de los fariseos comunica la falacia “Ningún verdadero seguidor de Dios viviría sin adherirse a los reglamentos de la ley de Moisés confiando en su propio rendimiento para alcanzar el favor de Dios.” Los fariseos decían ser los verdaderos seguidores de Dios, pero Jesús expuso que su verdadera naturaleza y acciones estaban lejos de lo que Dios realmente deseaba.

Esto puede verse como una respuesta a la falacia del Falso Escocés en el sentido de que los fariseos, por su religiosidad y rigurosas prácticas, esencialmente afirmaban ser los únicos verdaderos seguidores de Dios, y cualquiera que no se adhiriera a sus estrictas interpretaciones y prácticas no calificaba bajo su definición. Sin embargo, Jesús rechazó este punto de vista estrecho y mostró que la verdadera justicia se basa en su fe auténtica en Dios, en su corazón y sus acciones, no simplemente siguiendo un conjunto de reglas y rituales externos.

Aquí podemos ver que una respuesta efectiva a la falacia del Falso Escocés es desafiar la validez de la definición que se está utilizando. En lugar de aceptar una definición arbitrariamente limitada, podemos limitarnos a una definición más certera. También podemos señalar que definir un término de manera que solo favorece una postura pero que innecesariamente excluya otras no lo hace más preciso ni válido.

Otra respuesta efectiva es desafiar las suposiciones detrás del argumento. En el caso de los fariseos, Jesús desafió la suposición de que su definición exclusiva de justicia era la única válida. Al señalar su hipocresía y su fracaso en cumplir incluso con sus propios estándares, expuso las fallas en su argumento y sus suposiciones.

Un ejemplo de respuesta a esta falacia pudiera ser: “Etiquetar a alguien como ‘no un verdadero miembro de X’ en función de una diferencia de opinión o comportamiento puede ser una forma de evitar entablar una conversación productiva y abordar el problema en cuestión. En cambio, centrémonos en las acciones o creencias específicas del individuo en cuestión, en lugar de realizar suposiciones o generalizaciones basadas en la identidad del grupo.”

23- El Francotirador de Texas

La falacia del Francotirador de Texas, también llamada ilusión de agrupamiento, toma su nombre de la metáfora de un pistolero que dispara al lado de un granero, y luego de disparar se acerca a los agujeros para dibujar círculos alrededor de ellos. De esta manera, logra la ilusión de que sus disparos tienen una precisión excepcionalmente acertada.

Esta falacia ocurre cuando uno selecciona datos para que se ajusten a una conclusión o argumento preconcebido, ignorando evidencias que contradigan su creencia. Esta falacia se produce cuando alguien destaca similitudes o patrones en los datos después de que se hayan producido, sin tener en cuenta la gama completa de datos disponibles o los posibles patrones alternativos que podrían existir.

Por ejemplo, una persona pudiera afirmar que su dieta es la razón por la que nunca se enferma. Luego procede a enumerar todas las veces que no se enfermó después de comer un alimento específico o luego de seguir una dieta específica. Este es un ejemplo de la falacia del Francotirador de Texas porque está cuidadosamente destacando los momentos en que su dieta funcionó, a la vez que ignora todos los momentos en que no funcionó.

Al seleccionar datos ajustarse a un patrón o hipótesis preconcebida, se evita realizar una evaluación justa y racional de toda la gama de datos disponibles. Para evitar esta falacia, es esencial reconocer que los datos deben evaluarse de manera objetiva y coherente, y evaluar las afirmaciones en función de la calidad de la evidencia y la solidez del razonamiento, en lugar de una selección de datos arbitraria o sesgada.

En Juan 5:31-47, Jesús confronta a los líderes religiosos que usan las Escrituras de manera selectiva para apoyar sus creencias sobre el Mesías mientras ignoran los pasajes que dan testimonio de la divinidad y la misión de Jesús.

Jesús contrarresta esta falacia señalando que escudriñan las Escrituras selectivamente, enfocándose solo en las porciones que parecen apoyar sus creencias: "Ustedes escudriñan las Escrituras, porque les parece que en ellas tienen la vida eterna; ¡y son ellas las que dan testimonio de mí!" (Juan 5:39). Al exponer su enfoque sesgado de las Escrituras, Jesús indica que deberían considerar toda la evidencia y reconocer su verdadera identidad como el Mesías.

Los fariseos usaban la atención selectiva al enfocarse solo en algunas porciones de la ley y los profetas mientras ignoraban las demás Escrituras, al igual que las obras y las enseñanzas de Jesús, las cuales eran suficiente evidencia de su autoridad.

La mejor forma de responder a la falacia del Francotirador de Texas es señalar la atención selectiva y la importancia de considerar toda la evidencia disponible. En Juan 5:36, Jesús dice: "Pero el testimonio que tengo es mayor que el de Juan. Porque las obras que el Padre me ha dado para que las cumpla, las mismas obras que yo hago, dan testimonio de mí que el Padre me ha enviado". Aquí, Jesús está señalando que Sus obras son evidencia de Su autoridad y deben ser consideradas junto con las porciones de la ley y los profetas que habían seleccionado.

Por lo tanto, para responder a la falacia del Francotirador de Texas, uno podría señalar la importancia de considerar toda la evidencia disponible y no solo seleccionar datos que se adapten al argumento de uno. Además, se podría proporcionar evidencia que contradiga la afirmación del argumentador.

Ante esta falacia, se pudiera responder de esta manera: "Me gustaría que consideremos una muestra más amplia y representativa antes de sacar conclusiones. Seleccionar datos o centrarse solo en ejemplos que se ajustan a una narrativa determinada puede llevar a conclusiones inexactas. Necesitamos mirar toda la evidencia disponible, incluso si no respalda nuestras creencias o expectativas iniciales, para llegar a una visión más objetiva y completa de la situación".

24- Apelación a las Emociones

La falacia de Apelación a las Emociones ocurre cuando uno intenta manipular una respuesta emocional en lugar de un argumento válido o convincente. Esta falacia ocurre cuando alguien se basa en apelaciones emocionales, como el miedo, la lástima, la ira o la felicidad, para persuadir a otros de su argumento, sin proporcionar evidencia objetiva o argumentos razonados para respaldarlo.

Por ejemplo, una persona pudiera tratar de convencer a alguien de que adopte una dieta en particular, diciendo: "¿No quieres vivir una vida larga y saludable y estar ahí para tu familia? Necesitas eliminar todos los alimentos derivados de animales. De lo contrario, estarás corriendo el riesgo de tener todo tipo de problemas de salud". Este argumento apela a las emociones del oyente usando el miedo de enfermarse y el amor por su familia para tratar de persuadirlo. Sin embargo, el enunciado en este ejemplo no presenta un razonamiento válido o evidencia de la efectividad de la dieta recomendada en particular.

Al basar un argumento en la creencia de que las emociones son un sustituto válido de la evidencia objetiva o los argumentos razonados, uno evita la responsabilidad de proporcionar una justificación para respaldar su afirmación y se involucra en una manipulación injusta de las emociones. Las apelaciones o manipulaciones emocionales nunca deben reemplazar el pensamiento lógico y objetivo.

Un ejemplo de Jesús respondiendo a una Apelación a las Emociones se puede encontrar en Mateo 16:21-23. En este pasaje, Jesús comienza a enseñar a sus discípulos que Él debe ir a Jerusalén, sufrir y morir, y luego resucitar al tercer día. Sin embargo, Pedro lo llevó aparte y lo reprendió, diciendo: "¡Lejos esté de ti, Señor; esto no te sucederá a ti!"

La respuesta emocional de Pedro de no querer que Jesús sufriera y muriera era comprensible, pero también estaba equivocada. Jesús reconoció que la respuesta emocional de Pedro se basaba en un malentendido del plan y propósito de Dios. Él respondió reprendiendo a Pedro, diciendo: "¡Aléjate de mí, Satanás! Me eres una ofensa, porque no piensas en las cosas de Dios, sino en las cosas de los hombres".

Jesús sabía que su sufrimiento y muerte eran necesarios para la salvación de la humanidad, y no permitió que la explosión emocional de Pedro lo desviara de cumplir el plan de Dios. En cambio, aprovechó la oportunidad para enseñar a sus discípulos sobre la importancia de confiar en la voluntad de Dios, incluso cuando es difícil o va en contra de nuestros propios deseos.

La respuesta de Jesús suena dura, pero debido a la autoridad que tenía como Hijo de Dios, la magnitud de la obra redentora que estaba a punto de cumplir, al igual que su sabiduría divina para reconocer lo que realmente estaba aconteciendo con Pedro, es plenamente justificada. Debido a que jamás reuniremos ninguno de estos tres criterios, no debemos tomar la respuesta de Jesús como una plantilla de cómo responder a esta falacia palabra por palabra.

No obstante, podemos derivar claves de cómo responder a esta falacia a partir del reconocimiento y la actitud de Jesús frente a la falacia. Por ejemplo, ante una embestida emocional, uno podría decir algo como: "Entiendo que te sientes apasionadamente convencido de esto, pero analicemos los hechos y razonemos esta decisión". Al reconocer las emociones de la persona mientras se dirige la conversación a un enfoque más racional sobre la realidad, es posible abordar sus preocupaciones aún sin dejar que las emociones anulen la razón ni dominen el diálogo.

Es importante ser respetuoso y no descartar por completo los sentimientos de la persona, a la vez que resistimos la tentación de comprometer una postura válida solo para aplacar las emociones de la otra persona.


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