8.5.23

El Logos Vs Las Falacias Lógicas (Parte IX)

En esta serie, estoy repasando diferentes falacias lógicas, usando pasajes de la vida de Jesús para observar ejemplos de estos argumentos y cómo responder a ellos. Las demás partes están aquí: Parte 1Parte 2Parte 3Parte 4Parte 5Parte 6Parte 7, Parte 8.

25- Afirmar el Consecuente

La falacia de Afirmar el Consecuente ocurre cuando uno asume que la verdad de una conclusión necesariamente implica la verdad de una premisa antecedente. Explicado más ampliamente, esta falacia ocurre cuando alguien asume que un enunciado es verdadero basándose en el hecho de que se deriva de otro enunciado verdadero, sin considerar otras posibles explicaciones de la relación entre los enunciados.
Un ejemplo de la falacia de Afirmar el Consecuente:
Si eres estudiante, entonces recibirás una credencial de estudiante.
Tienes credencial de estudiante.
Por lo tanto, eres un estudiante.
Este es un razonamiento falaz porque asume que si el consecuente (tener una credencial de estudiante) es verdadero, entonces la premisa antecedente (ser estudiante) también debe ser verdadero. Sin embargo, este no es necesariamente el caso, ya que podría haber otras razones por las que alguien tiene una identificación de estudiante, como ser miembro del personal, ser ex-alumno, o haber robado las credenciales de otro estudiante.
Al confiar en que una declaración es verdadera simplemente porque se deriva de otra declaración verdadera, uno evade participar en una evaluación justa y racional de la evidencia y el razonamiento detrás de la conclusión. Para razonar de manera lógica, es importante reconocer que una conclusión se deduce de sus premisas, mas lo contrario — derivar una premisa a partir de una conclusión — no es lógicamente coherente.
Un ejemplo de cuando Jesús respondió a la falacia de Afirmar el Consecuente se encuentra en Lucas 19:1-10. En este pasaje, un recaudador de impuestos llamado Zaqueo se sube a un árbol para ver pasar a Jesús. Jesús lo ve y le dice que baje, diciéndole que ese día se quedará en su casa. Sin embargo, la gente a su alrededor comenzó a quejarse, diciendo que Jesús sería el huésped de un pecador sin esperanzas.
Este es un ejemplo de una falacia de afirmar el consecuente porque la gente asume que como Zaqueo es un recaudador de impuestos, entonces debe ser una persona sin interés en Dios. El argumento falaz se pudiera desglosar de esta manera:
Las personas sin esperanzas en Dios se dedican a recaudar impuestos.
Zaqueo es un recaudador de impuestos.
Por lo tanto, Zaqueo no tiene esperanzas en Dios.
Jesús responde a esta falacia diciendo que el Hijo del Hombre vino a buscar y salvar a los perdidos, indicando que no vino a condenar a Zaqueo por sus obras ni por su oficio, sino a ofrecerle la salvación. Con su respuesta, Jesús desafía la suposición de la gente de que Zaqueo es automáticamente un pecador sin esperanzas simplemente por su oficio como recaudador de impuestos.
Para responder a esta falacia, es útil señalar que el hecho de que la condición presente en una conclusión sea verdadera no es evidencia de que la premisa de un argumento lo sea también. La conclusión pudiera deducirse a partir de múltiples argumentos y causas, no solo la que el argumentador propone.
Más allá de esto, se pudiera probar que la premisa del argumento que se propone es inválida o lógicamente innecesaria. Al extenderle misericordia, Jesús demostró que el argumento “Las personas sin esperanzas en Dios se dedican a recaudar impuestos” no es necesariamente una deducción lógica aplicable en todas las circunstancias.
Un ejemplo de cómo responder a esta falacia pudiera ser: "Entiendo cómo esa conclusión puede parecer lógica, pero en realidad es un error común llamado Afirmar el Consecuente. El hecho de que A implique B, no significa que B debe ser verdadero siempre que A sea verdadero. Podría haber otros factores en juego que están causando B, o podría haber diferentes explicaciones de por qué A es cierto. Es importante considerar toda la evidencia y no sacar conclusiones precipitadas basadas en suposiciones".

26- Negar el Antecedente

La falacia de Negar el Antecedente ocurre cuando uno asume que si una premisa es falsa, entonces la conclusión también debe ser falsa. Dicho de otra manera, esta falacia ocurre cuando alguien asume que un enunciado es falso basándose en el hecho de que no se deriva de otro enunciado falso, sin considerar otras posibles explicaciones de la relación entre los enunciados.
Por ejemplo:
Si como alimentos saludables, perderé peso.
Hoy no comí alimentos saludables.
Por lo tanto, hoy no perderé peso.
Este es un ejemplo de la falacia de Negar el Antecedente porque la conclusión asume que solo porque el antecedente (comer alimentos saludables) no ocurrió, el consecuente (perder peso) tampoco ocurrirá, lo cual no es necesariamente cierto. Otros factores aún podrían contribuir a la pérdida de peso, incluso si la alimentación saludable no es uno de ellos, como por ejemplo, que la persona no haya comido suficientes calorías ese día, que le tocó hacer trabajo extenuado, entre otros.
Confiar en la creencia de que una declaración es falsa simplemente porque no se deriva de otra declaración falsa obstaculiza el pensamiento crítico y el razonamiento efectivo, ya que promueve la aceptación acrítica de conclusiones basadas en inferencias inválidas. Debe evitarse reconociendo que una conclusión debe evaluarse objetivamente, en lugar de realizar una inferencia inválida a partir de una declaración condicional.
Un ejemplo de cuando Jesús respondió a la falacia de Negar el Antecedente se encuentra en Juan 10:25-30. En este pasaje, los judíos le pidieron a Jesús que les dijera claramente si él era el Mesías.
Jesús respondió diciendo que ya les había dicho, pero no le creyeron porque no eran sus ovejas. Aquí, los judíos niegan el antecedente al asumir que si Jesús no es el Mesías, entonces ellos no pueden ser sus ovejas. Su argumento, de forma desglosada, era:
Si hubiesen reconocido al Mesías, se probaría que el Mesías había llegado.
No reconocieron al Mesías.
Por lo tanto, el Mesías no había llegado.
Sin embargo, Jesús señala que su afirmación de que él es el Mesías no es contrarrestada por su falta de fe. La llegada del Mesías fue un hecho, a pesar de que ellos no lo reconocieron. Jesús establece que la razón de que no le reconocieron no tiene nada que ver con la veracidad de la identidad de Jesús, sino con el hecho de que “no son sus ovejas” (verso 26).
Basado en este ejemplo, la mejor manera de responder a la falacia de Negar el Antecedente sería señalar que la negación de un argumento no se sigue necesariamente de la negación de la premisa ofrecida. Dicho de otro modo, no es necesariamente verdadero que la prueba fidedigna de que el Mesías había llegado es que los judíos lo reconocerían (y de hecho, las Escrituras establecen que este asumido es netamente falso; ver Juan 1:11-12).
Se pudiera señalar que el hecho de que no exista una condición (el antecedente) no significa necesariamente que se pueda negar la consecuencia. Es posible que la consecuencia siga siendo verdadera incluso sin que el antecedente esté presente. Además, se pudieran ofrecer ejemplos en otras situaciones para mostrar que negar el razonamiento antecedente no siempre arroja una conclusión verdadera.

27- Falacia Genética

Una Falacia Genética es un tipo de falacia lógica que consiste en emitir un juicio sobre la calidad o el valor de una cosa basándose únicamente en su origen o historia, en lugar de evaluarla por sus propios méritos.
Por ejemplo:
"No puedo seguir tu consejo sobre este tema, ya que tus padres no tuvieron éxito en sus carreras".
En este escenario, la persona está cometiendo una Falacia Genética al usar el éxito o fracaso percibido de los padres de la otra persona para desestimar su consejo, en vez de evaluar la veracidad o validez del consejo en sí.
La falacia genética supone que la fuente u origen de una creencia o idea determina automáticamente su validez o veracidad, lo que no es necesariamente el caso, ya que la calidad o el valor de algo pueden ser establecidos independientemente de su origen o historia.
Un ejemplo de Jesús respondiendo a una Falacia Genética se puede encontrar en Juan 7:45-52. En este pasaje, los fariseos acusan a Jesús de ser un falso profeta porque viene de Galilea, que creen que no es el lugar de nacimiento de ningún profeta.
Jesús responde señalando que su conocimiento es limitado y que están haciendo una generalización en función de su procedencia. Les recuerda que el profeta Jonás también vino de Galilea, y sin embargo ellos lo aceptaban como profeta. Luego, Jesús les insta a que se concentren en el mensaje que trae, en lugar del lugar de donde proviene.
Para responder a una Falacia Genética, se puede señalar que el origen de algo o alguien no determina su validez o valor. También se puede pedir evidencia y razonamiento lógico para respaldar cualquier afirmación que se haga, en lugar de aceptar argumentos basados únicamente en el origen de algo o alguien. Es importante centrarse en la sustancia del argumento o mensaje que se presenta, en lugar de descartarlo en función de factores irrelevantes, como los antecedentes del orador o el lugar de origen.
Un ejemplo de respuesta a esta falacia pudiera ser: "Entiendo que piensas que los orígenes de esta idea pueden haber sido problemáticos en el pasado, pero es importante evaluarla en función de su propio mérito y relevancia en lugar de descartarla únicamente por lo que pudiéramos discutir acerca de su historia".

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