24.4.23

El Logos Vs Las Falacias Lógicas (Parte V)

En esta serie, estoy repasando diferentes falacias lógicas, usando pasajes de la vida de Jesús para observar ejemplos de estos argumentos y cómo responder a ellos. Las demás partes están aquí: Parte 1Parte 2Parte 3, Parte 4.

13- Composición

La Falacia de Composición ocurre cuando se asume que una característica o propiedad de las partes de un todo debe aplicarse al todo mismo. En otras palabras, supone que lo que es cierto para las partes individuales de un todo debe serlo también para el todo mismo.

Aquí un ejemplo de una Falacia de Composición:

Una persona piensa que dado que cada miembro individual del equipo es hábil y experimentado, el equipo en su conjunto se desempeñará a un nivel excepcional. Sin embargo, el hecho de que cada miembro sea fuerte individualmente no significa que necesariamente trabajarán bien juntos ni tampoco que lograrán el resultado deseado como equipo. En esta falacia, los atributos de las partes individuales se atribuyen falsamente al todo.

Esta falacia involucra la generalización errónea de características o propiedades individuales a todo el grupo o sistema, sin proporcionar evidencia o razonamiento adecuado para justificar esta inferencia. Se basa en un salto lógico defectuoso que equipara las propiedades individuales con las propiedades del todo, mientras ignora las posibles diferencias o interacciones que pueden ocurrir cuando se combinan las partes.

Un ejemplo de cómo Jesús respondió a una Falacia de Composición se puede encontrar en Lucas 7:31-35. En este pasaje, Jesús es criticado por los fariseos y los expertos en la ley por pasar tiempo con pecadores y recaudadores de impuestos. De esta manera, cometen una falacia al suponer que, dado que Jesús se asocia con pecadores, el grupo en general es de pecadores, incluyendo a Jesús.

Jesús responde señalando la inconsistencia en su argumento, diciendo que también critican a Juan el Bautista por ser demasiado estricto y no asociarse con nadie, incluidos los pecadores. Señala que ni él ni Juan se ajustan a las categorías estrechas que han creado, y que la verdad no puede reducirse a proposiciones simplistas de uno u otro.

La mejor manera de responder a una falacia de composición es señalar que el hecho de que algunos individuos o elementos de un grupo muestren ciertas características o comportamientos no significa que todos los miembros de ese grupo lo hagan. En el ejemplo citado, Jesús señaló la inconsistencia de sus críticos que lo acusaban de no encajar en sus nociones preconcebidas de lo que debería ser un líder religioso, al mismo tiempo que lo criticaban por asociarse con pecadores. Al resaltar la inconsistencia de su razonamiento, Jesús mostró que sus acusaciones no se basaban en un argumento lógico sólido sino en una generalización sin base en la verdad.

Por lo tanto, la mejor manera de responder a una falacia de composición es examinar la evidencia y evaluar cada elemento del grupo o argumento por sus propios méritos, en lugar de confiar en suposiciones o estereotipos sobre el grupo como un todo.

Se pudiera responder a esta falacia así: "El hecho de que algo sea cierto para una parte de un todo, no significa necesariamente que sea cierto para la totalidad. Las partes no definen el todo. Debemos considerar las características y cualidades individuales de cada parte y cómo se relacionan con el todo y entre sí, en lugar de hacer suposiciones basadas en una generalización injusta."

14- El Vagón de Cola

La falacia del Vagón de Cola — en inglés “Bandwagon Fallacy” — también conocida como Argumentum Ad Populum o apelación a la popularidad, ocurre cuando uno afirma que algo es verdadero o aceptable simplemente porque muchas personas lo creen o lo hacen. Dicho de otra manera, afirma que una proposición es verdadera o válida simplemente porque muchas personas la creen o la apoyan.

Por ejemplo: "Todos en nuestra ciudad están comprando el nuevo iPhone, por lo que debe ser el mejor teléfono del mercado". Aquí se asume que el iPhone es el mejor dispositivo solo porque muchas personas lo han adquirido. Sin embargo, la categoría “el mejor teléfono” debería ser probado por sus cualidades, como por ejemplo sus funciones, su utilidad, o su rendimiento, y no meramente por su popularidad.

Esta falacia asume que la opinión mayoritaria o la popularidad de una creencia o práctica es evidencia suficiente de su corrección. El argumento asume que algo es verdadero o bueno porque los demás lo están haciendo, sin proporcionar ninguna evidencia real o razonamiento para respaldar la afirmación.

En Juan 7:40-52, los líderes religiosos argumentan que Jesús no puede ser el Mesías porque la mayoría de las personas, incluidos los mismos líderes, no creen en él: "¿Ha creído en él alguna autoridad o fariseo? ¡No! Pero esto anatema la muchedumbre que no conoce la ley" (Juan 7:48-49).

Nicodemo, un fariseo, responde a esta falacia recordando a los líderes religiosos que no deben juzgar a nadie sin antes examinar la evidencia: "¿Juzga nuestra ley a un hombre sin antes escucharlo y saber lo que hace?" (Juan 7:51). Al hacerlo, Nicodemo enfatiza que la verdad no debe ser determinada por las creencias de la mayoría sino por el examen de los hechos y la evaluación de los méritos de un argumento.

Basado en este ejemplo, observamos que la mejor manera de responder a esta falacia es señalar que el hecho de que la mayoría o las personas con autoridad tengan una determinada creencia no significa necesariamente que sea verdadera. La verdad debe ser determinada por la evidencia y la razón, no por la popularidad ni la autoridad.

En el caso de Jesús, sus enseñanzas y milagros, el significado de sus propias palabras, y el cumplimiento de las profecías inspiradas acerca del Mesías otorgaban suficiente evidencia de su identidad, lo cual era más importante que las opiniones de aquellos líderes religiosos o de la población en general.

Un ejemplo de respuesta a esta falacia pudiera ser: "El hecho de que mucha gente crea o haga algo no significa necesariamente que sea correcto o verdadero. Debemos basar nuestras creencias y acciones en la evidencia y la razón, no en la popularidad ni en la presión social".

15- Causa Falsa

La falacia de la Causa Falsa, también conocida como “Cum Hoc Ergo Propter Hoc” (que en latín significa "con esto, por lo tanto debido a esto") o falacia de correlación-causalidad, ocurre cuando uno asume erróneamente que un evento debe ser la causa de otro evento simplemente porque ocurrieron juntos. En otras palabras, asume que debido a que dos eventos o variables están correlacionados o asociados, uno debe haber sido la causa del otro.

Anteriormente, hablamos sobre la falacia Post Hoc, la cual es diferente a la falacia de Causa Falsa. Ambas falacias involucran un error en el razonamiento causal, pero la falacia Post Hoc asume la causalidad basada en la sucesión temporal, mientras que la falacia de Causa Falsa asume la causalidad basada en la correlación.

Un ejemplo de esta falacia: "No sé por qué siempre estoy enferma cuando llueve. Debe ser por toda la construcción que se está llevando a cabo en la ciudad, la cual está causando toda la contaminación en el aire y es por eso que siempre me estoy resfriando". Mientras que es posible que la construcción esté causando contaminación, no se puede asumir que la lluvia es causada directamente por la construcción, ni tampoco que la lluvia esté causando el resfriado. Podría haber otros factores en juego que la enferman, como el cambio de temperatura o niveles de humedad, o bien factores biológicos en la persona que no tienen que ver con el ambiente.

Esta falacia confunde la correlación con la causalidad sin proporcionar evidencia ni razonamientos adecuados para establecer una relación causal directa. Se basa en la suposición de que la correlación por sí sola es suficiente para establecer la causalidad, mientras ignora otras posibles explicaciones o factores que podrían contribuir a la asociación observada.

Un ejemplo de Jesús respondiendo a una falacia de Causa Falsa se puede encontrar en Juan 5:1-15, donde Jesús sana a un hombre que había estado inválido durante 38 años. El hombre estaba esperando junto a un estanque llamado Betesda, donde la gente creía que un ángel descendería y agitaría las aguas, y el que entrara primero sería sanado. Cuando Jesús vio al hombre que yacía allí, le preguntó: "¿Quieres mejorar?" El hombre respondió: “No tengo a nadie que me ayude a entrar en el estanque cuando se agita el agua. Mientras trato de entrar, alguien más cae delante de mí”.

El hombre creía que su incapacidad para meterse en la piscina era la causa de su enfermedad, o por lo menos, la causa de que no fuera sanado. Sin embargo, Jesús no aceptó esta falacia de Causa Falsa y en su lugar realizó una curación milagrosa en él. Al hacerlo, Jesús mostró que la enfermedad del hombre no tenía que ver con su incapacidad para meterse en el estanque.

Para responder a una falacia de Causa Falsa, es importante examinar la evidencia y cuestionar cualquier suposición o correlación que se esté haciendo. En este caso, Jesús le preguntó al hombre si realmente quería ser sanado, y luego procedió a sanarlo sin necesidad del supuesto ángel en el estanque. Es importante no aceptar suposiciones como la causa de algo sin evidencia que lo respalde.

Para responder a una falacia de causa falsa, es importante considerar explicaciones alternativas y examinar la evidencia que las respalda o refuta. Si no hay evidencia creíble de una relación causal entre dos eventos, es mejor rechazar la afirmación hasta que se presente más evidencia.

Un ejemplo de respuesta a esta falacia pudiera ser: "Entiendo cómo podrías pensar que A causó B, pero debemos tener cuidado de no asumir la causalidad sin evidencia suficiente. El hecho de que A vino antes que B no significa necesariamente que A causó B. Podría haber otros factores en juego que debemos considerar antes de saltar a conclusiones sin justificación".

 

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