21.3.11

Más Conectados de lo que Creemos

A veces me asombro de que a pesar de la distancia — geográfica, y en muchos otros sentidos — personas comunes y corrientes podamos encontrarnos experimentando casi lo mismo. Quizás no experimentamos todo igual en detalle, pero sí en sustancia.

Ejemplo: No siempre logro leer los blogs de amigos desde el momento que publican (aunque quisiera), pero generalmente procuro dedicar un día a la semana para ponerme al día.

Varios días luego de haber publicado un audio en la entrada Viviendo Plenamente en el Presente, me senté a dedicarle ese día de "catch-up" a la lectura de blogs.

Con sorpresa, me encuentro que Carlos González pintaba con otra escena el mismo fondo, en su escrito Esas Pequeñas Maravillas.

Luego me topo con otro de mis hermanos mexicanos, El Perro, quien habla en un breve escrito sobre la importancia de la Cotidianeidad.

Diferentes palabras. El mismo mensaje.

"Hay que vivir en el presente."

Quizás muchos otros han hablado sobre lo mismo en otro tiempo. Lo que me sorprende es que una idea tan simple nos esté volando en la cabeza a estos (y quién sabe si a muchos más), casi al mismo tiempo, y sin influenciarnos uno al otro.

Estamos más conectados de lo que creemos.

18.3.11

El Camino Más Rápido y Directo Hacia La Mediocridad

Existe una infinita cantidad de maneras de hacer las cosas de forma destacada, distinguida, espectacular; Así también hay una infinita cantidad de maneras de hacer cosas de forma inútil, mediocre, pobre.

Pero existe una manera de llevar todo al punto más mediocre y pobre posible, pero de forma fácil y rápida.

Haz sólo lo que te guste en toda ocasión.

Si sucumbes a la Resistencia, y eliges sólo lo que te da placer, te garantizo que tu vida estará llena de mediocridad, jugarás bien al juego de ser igual como todos los demás, y no alcanzarás nada de lo cual podrás sentirte satisfecho.

Nuestras sociedades están llenas de personas sin deseo ni ánimo de aprender ni de superarse. Mi teoría es que esas personas caen en ese ritmo porque constantemente han escogido el camino fácil, el que les da el placer inmediato. Es más fácil y placentero apagar el cerebro viendo un programa de televisión, que activarlo estudiando un nuevo idioma. Es más fácil y placentero comerse una funda entera de papas fritas que comerse un plato más pequeño pero con comida más saludable. Es más fácil y placentero navegar el internet en la oficina que dedicarse y cumplir el trabajo por el que le pagan al 110%.

Cada uno de nosotros tiene dones y habilidades (por gracia común), y son bienes y tesoros de Dios que cuesta esfuerzo cultivar. Y esos esfuerzos a veces no son divertidos ni placenteros. Pero con sólo escoger hacer lo que te agrada, podrás garantizar que jamás esos dones serán cultivados.

Sólo hay una excepción a esta receta: Aquellos quienes se han opuesto a La Resistencia con tanta frecuencia que han creado hábitos beneficiosos, y han desarrollado un placer particular hacia esos hábitos, saben diferenciar entre los placeres vacíos y aquellos que nos llevan hacia algo mejor.

16.3.11

Ejemplo de Fe

El año pasado tuve uno de esos momentos donde sientes que te brillan con una gran linterna y tu propósito en la vida — por lo menos uno de ellos — se manifiesta con claridad. Habiéndome convencido de que no me hace falta ni tampoco es una meta sana intentar ser perfecto, procedí a buscar cuál sería una meta más humilde, pequeña y realista que en verdad pueda trazarme y cumplir.


Concluí que... mi propósito es ser un ejemplo de fe.


Llegué a esa conclusión por varias razones, y una de ellas es que observo que la gente en verdad desea y necesita ver personas quienes pueden llevar una fe con sinceridad. Hay tanto blablabla, tantos espectáculos de predicación, tanto pseudo-cristianismo y tantos cristianoides, que la gente está cansada y sólo se pregunta si una persona normal puede caminar por este camino, o si se requiere ser una especie de fenomenoide para poder uno decir que es Cristiano. Yo me considero una persona bastante normal, y sigo andando por la Gran Ruta, y por tanto pienso que tengo la posibilidad llenar el rol de ejemplo.

¿Estoy al nivel de un mártir, un misionero, un apóstol? Para nada, han habido hombres y mujeres mucho más formidables que lo que yo aspiraría a ser.

No pretendo ser un ejemplo perfecto de fe, pues regresaríamos al mismo punto que ya he abandonado. No puedo ser perfecto, por lo que nunca seré un ejemplo perfecto de nada. No obstante, ese es precisamente el asunto en todo esto. Quiero ser un ejemplo fe y a la misma vez un ejemplo de imperfección. En mi propósito, las dos cosas van mano a mano.

Quiero ser ejemplo de uno quien yace firme en su fe en Cristo a pesar de mis múltiples y multiformes defectos. Quiero poner bien en claro que el peor enemigo de mi propia fe soy yo mismo, y aún así permanezco con raíces en tierra (o debo decir, ¿en el cielo?).

Quiero ser ejemplo de otras cosas también, las cuales naturalmente fluyen desde mi fe: quiero que mi matrimonio sea ejemplo de que sí se puede cumplir un pacto sin recurrir al divorcio cuando las cosas andan mal; quiero que mi paternidad sea ejemplo de que un hombre no tiene por qué despreciar a sus hijos, sino que puede criarlos de forma saludable y en amor; entre otras cosas, por supuesto.

Algunas aclaraciones: no es que busque aplausos ni aprobación, no es eso. Prefiero que alguien se apoye de mí, si así lo necesita, que me usen como conejillo de indias, caso de estudio, y vean que un hombre tan imperfecto como yo — que soy a fin de cuentas sólo uno más del redil — puede hacerlo, y si es posible que se decidan a empeñarse en lograrlo también. No me molestaría que hablen de mí como, "muchos hoy día dicen que tienen fe pero en realidad es sólo actuación; pero conozco a un tal Alex, que a pesar de ser _________*, el tipo lleva una fe verdadera."

*Llene el espacio en blanco con cualquiera de mis incontables defectos... hay bastante de donde escoger.

Tampoco busco cambiar al mundo, ni a una comunidad, pueblo ni villa. Mi meta, como dije al principio, es humilde.

Quiero ser ejemplo de fe para una sola persona en el mundo entero, y ya.

Eso es todo.

Si soy ejemplo para sólo uno de mis hijos, consideraré que ya llegué a la meta (Y dado que tengo dos hijos, si logro ser ejemplo para ambos, ya habré logrado 200% de lo que me propuse). La realidad del caso es que el esfuerzo que requiere llegar a ser ejemplo para 10,000 es el mismo que para uno sólo, así que sólo me enfocaré y dedicaré todo el empeño hacia cumplir 100% de mi meta, una sola persona. Si en el proceso cumplo 100,000% de mi meta, 10,000 personas, pues el exceso de éxito fue puramente incidental, y se lo dedicaré al Señor, como todo lo demás. A mí me da igual.

Más aún, si logro ser ejemplo de fe para una sola persona, la meta no se cumple por lo que cause en esa persona, sino por lo que causó en mí el perseguir esta meta. Si no logro ese pequeñísimo objetivo, todo mi caminar en Cristo ha sido en vano. En otras palabras, si no puedo revelar una vida con el Señor para una sola persona por medio de mi caminar, entonces mi caminar fue un puro fracaso, y quizás hasta falso.

"Imítenme a mí, como yo imito a Cristo." escribió el apóstol Pablo en 1 Corintios 11:1. Esa es mi meta, pero en singular, dirigido a una sola persona, "Imítame a mí." Si logro ser ese nexo entre Cristo y una sola persona en el planeta entero, podré pasar de este mundo felizmente, y habré cumplido mi propósito.


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14.3.11

Un Consejo Horrible

Entre los peores consejos que se le puede ofrecer a una persona, hay uno que se lleva la torta con todo y espátula. De por sí es horrible, pero lo empeora aún más el hecho de que mucha gente cree que es un buen consejo, a tal punto que ya escaló la montaña de los slogans comerciales, pasó del otro lado, y sacó carnet de residencia en la villa del lingo popular.

¿Cuál es ese consejo? Es este:

"Nunca, nunca, NUNCA te rindas."

Seamos honestos: en la vida hay situaciones en la que es mejor rendirse. Hay caminos que conducen hacia ninguna parte, o bien te mantienen en el mismo lugar aunque al principio sientas que estás caminando.

Lo mejor es darse cuenta de que uno tiene una cantidad limitada de recursos (tiempo, energía, enfoque, confianza por parte de otros), y conviene depositar la mayor porción de esos recursos en lo que realmente valga la pena.

Desde que observemos que nuestros recursos están siendo desperdiciados, debemos rendirnos, reconocer que no tiene sentido continuar gastando innecesariamente, y redirigirlo a algo más productivo.

Yo sé que el consejo horrible usualmente pretende estimular a las personas quienes recién embarcan en una situación difícil, y a quienes les hace falta ánimo para seguir hacia adelante. En la mayoría de los casos, el consejo tiene la mejor de las intenciones.

No obstante, se ha hecho mucho daño vía las buenas intenciones. Este consejo absolutista ofrecido a alguien quien haya iniciado un camino inútil puede llevar a un desastre.

"Nunca, nunca, NUNCA te rindas"... ¿A una persona quien gasta su salario cada semana en loterías? ¿A una persona quien empieza un negocio sin la asesoría adecuada? ¿A un artista quien abandona a su familia y todo lo importante para alcanzar un potencial ilusorio? ¿A una persona quien decide no descansar hasta lograr vengarse de alguien quien le hizo daño? ¿A una persona quien persigue satisfacción carnal en muchas mujeres a la vez, aún estando casado?

En todos esos casos, y muchos otros con que tú y yo podemos toparnos, conviene rendirse, darse por vencido, levantar la bandera blanca y tirar la toalla. Es el primer paso antes de re-evaluar y redirigir nuestro parecer (metanoia).

11.3.11

InSPAración de la Semana: Llevando las Cosas a Otro Mundo

Hace un par de semanas acompañé a mi hijo menor, quien acaba de cumplir 6 años, a su clase de Tae Kwon Do. Durante la clase, otro niño actuando completamente fuera de orden se le acercó y empezó a molestarlo, pegándole el puño sin mucha fuerza pero de forma repetida. Cuando atiné a reaccionar, el niño ya se había alejado de mi hijo.



Lo notable del caso es que mientras estaba siendo molestado, mi hijo se quedó completamente tranquilo. No lloró, no se quejó, no se desesperó ni tampoco pidió ayuda. Estaba completamente calmado.

Yo, que en el pasado he sabido perder el control con facilidad, honestamente admiré su reacción. No creo que lo aprendió de mí, ya que como dije, no creo haberle dado el mejor ejemplo en esa área (y lo digo con cierta vergüenza). Tampoco creo que fue algo que haya aplicado como fruto de estudiar artes marciales, ya que esta fue sólo su tercera clase, y ni do-bok ni cinturón tenía aún.

Al salir de la clase, le dije "oye, estoy muy feliz y orgulloso por cómo te comportaste frente a ese niño quien te estaba molestando."

Él me respondió, "sí, eso lo aprendí de Mr. Bellamy (su profesor de la escuela), quien nos dijo que cuando un niño nos molesta, debemos llevarlo a otro mundo."

"¿¿A otro mundo??" respondí extrañado. "¿Y qué significa eso?"

"Que lo mejor es actuar como si eso que nos molesta no existe."

¿Quién dijo que no podemos aprender de los niños? Inmediatamente le dije que no sólo me había enseñado algo que no había escuchado, sino que me lo había enseñado vía el ejemplo, que es lo más importante.

La próxima vez que algo me moleste, tendré que recordar sacarlo de donde estoy, y llevarlo a otro mundo.

9.3.11

La Carrera Inútil Hacia la Perfección

Ya les había dicho en mi escrito "Decisiones y Cambios" sobre algunas actitudes que he decidido abandonar. Allí les mencionaba que habían unos otros de los que no llegué a escribir. Aquí hablaré sobre otra de esas.

Esta no sorprenderá a nadie quien haya venido leyendo, ya que he mencionado este mal en otros escritos (Decadencia Urbana, Como Llegar a Ser Perfecto en 3 Simples Pasos, y otros).


La actitud se describe con el título de este post, y no debe confundirse con el perfeccionismo. Este último pienso que es el no descansar en una obra hasta que haya alcanzado un nivel en que se le pueda denominar como "perfecta".

En cambio, lo que me ocurría a mí es que tenía una idea de cómo algunas cosas serían si fuesen perfectas, y estaba tan convencido de que se debía alcanzar ese grado, que me frustraba y me paralizaba por la insatisfacción. Es decir, no era que estaba haciendo algo para lograr ser perfecto, todo lo contrario. Como reconocía que no había llegado a la perfección requerida, le restaba valor a todo lo que estuviera a mi alrededor, y me quedaba triste, a pesar de que no hacía mucho por cambiar la situación.

Suena como una locura, pero es fácil caer en una serie de sobre-expectativas sobre tu persona. Es el mensaje que te alimentan todos los medios vía distintos medios. El mejor es el que llega, el más talentoso, el más esto y lo otro.

La idea raíz de esta actitud es:

"Estoy compitiendo contra el mundo, así que tengo que ser perfecto."

Ahora, ya que he hecho cambio de mente (metanoia) con respecto a esto, he reemplazado aquella idea con esta otra:

"No puedo ser perfecto por más que lo logre, y no está mal, porque estoy mejorando día a día."

La diferencia es que la primera se enfoca en una meta muy alta, prácticamente inalcanzable. Mientras esa meta esté presente, siempre provocará que me enfoque en un lugar en donde no estoy. También se enfoca erradamente en un estado inerte, el de ser perfecto, que es distinto a mi estado inerte actual, el de ser imperfecto. Un estado inerte es aquel que no cambia, y por tanto era imposible cruzar el valle entre esos dos conceptos.

La segunda, en cambio, derrumba la grandiosa meta, y de hecho la anula y la ignora por completo. No es el objetivo. Se enfoca más bien en el proceso como una serie de pasos pequeños, las cuales puedo tomar bien o mal. No hay por qué sentirse mal por no haber alcanzado el estado de perfección si el paso que acabo de dar fue en buen sentido. Y si no lo fue, aún me queda la habilidad para corregir e intentar de nuevo.

Es la parte "porque estoy mejorando día a día" la que combate la objeción de que abandonar la perfección es un conformismo. No lo es, y la evidencia es que, aunque nunca llegaré a ser perfecto, pienso que hoy soy mejor que ayer.

¿Les ayuda esto? ¿Alguna sugerencia adicional?

8.3.11

¿Cuál es más Poderoso? Hábitos Vs. Voluntad (Tus Opiniones)

La semana pasada coloqué una pequeña encuesta via Twitter y Facebook. La pregunta fue simplemente:

¿Cuál es más poderosa, la fuerza del hábito o la fuerza de voluntad?

Las respuestas recibidas fueron de lo más interesantes, y aquí comparto la mayoría de las que recibí. Como me muevo en esos medios tanto en inglés como en español, las respuestas llegaron en ambos idiomas.







¿Quieres compartir tu opinión? Siéntete libre de hacerlo acá debajo en los comentarios.

7.3.11

Cómo Crecer Haciendo Una Sola Pregunta

¿Soy inteligente o tonto? ¿Soy un exitoso o un fracasado? ¿Soy un esforzado o un vago? ¿Soy amable o grosero?

No, ninguna de estas preguntas son candidatas para ser la que menciono en el título. Sin embargo, es una realidad que nos pasamos la vida haciéndonos este tipo de preguntas.

Incluso, puede ser que muchos de ustedes, como yo, hayan sido cuestionados de esta manera por parte de otros. Se nos juzga por lo que somos, etiquetándonos desde cualquier lado del espectro.

El problema de este esquema de preguntas es que simplemente no nos empujan a crecer, a madurar, a avanzar; y no importa en lo absoluto si estas preguntas nos pintan en un tono negativo o positivo, da igual.

Por ejemplo, si soy un fracasado, entonces no vale la pena hacer un esfuerzo, ya que es inútil; soy lo que soy. Pero del mismo modo, si soy un exitoso, tampoco es necesario hacer un esfuerzo, ya que he llegado a la cima, a la meta, ya no hay nada más qué hacer.

Así vemos que, negativas o positivas, las preguntas que nos pretendan establecer como un estado estático suelen lograr ese mismo resultado: un estado inerte, en donde simplemente no hay espacio para crecer.

El esquema errado

En su libro Mindset, la psicóloga Carol S. Dweck propone que existen dos tipos de esquema mental en el ser humano: la mentalidad fija, la cual hemos ilustrado, en la que la persona constantemente busca una o más definiciones estáticas de su persona; y la mentalidad de crecimiento, bajo la cual la persona en absolutamente todo momento se considera en medio de un proceso de cambio.

Sin importar si sus resultados son positivos o negativos, la mentalidad de crecimiento no recurrirá a las etiquetas, sino que hará preguntas que le lleven a examinarse para continuar con el proceso que va en curso. El punto no es "saber qué soy" como objetivo final, sino constante metanoia, cambios mentales.

Por supuesto, estos procesos llevarán una orientación. Precisamente se llama mentalidad de crecimiento porque en la mayoría de casos, la persona que abandona la mentalidad fija, al estar consciente del proceso en medio del cual se encuentra, suele re-dirigir su mirada hacia una orientación provechosa.

La pregunta mejor

Entonces, ¿cuál pregunta luce ser más conducente para apoyar un crecimiento positivo? Propongo que la próxima vez que nos encontremos ante una oportunidad de cambio — de nuevo, sea positivo o negativo — nos preguntemos lo siguiente:

¿Qué puedo aprender de esta situación?

Naturalmente, coloquemos a un lado la respuesta errada de una típica mentalidad fija, que sería la de aprender qué soy, basado en mis acciones y resultados. La idea preferible sería mantener las categorías intactas; es decir aprender de las acciones vía las acciones, de los resultados vía los resultados, y evaluar corrientes causales ciertas entre estas.

Por ejemplo, en un escenario donde se dé un resultado exitoso, sería un error típico de mentalidad fija decir, "¿Qué puedo aprender de esto? Que por mi reciente éxito soy una persona a quien todo le sale bien."

Lo preferible sería: ¿Qué puedo aprender de esto? Que el éxito reciente fue debido a los esfuerzos A, B y C, y las acciones 1, 2 y 3; y probablemente valga la pena continuar dichos esfuerzos y acciones para poder replicar el resultado exitoso."

Lo mismo se da ante un resultado de fracaso, la persona con mentalidad de crecimiento no se denomina personalmente fracasado, sino que evalúa los esfuerzos y acciones que dieron lugar al fracaso, y los modificará para así lograr un producto distinto.

Aún si nuestra respuesta a la pregunta es honestamente incorrecta, el hecho de simplemente hacernos la pregunta es un ejercicio apropiado que abre la puerta al cambio positivo.

Entonces, de nuevo, la pregunta que nos ayudará a crecer (y además nos mantendrá un tanto humildes y alejados de la depresión) es:

¿Qué puedo aprender de esta situación?

4.3.11

Mi Promesa En Este Blog

Prometo no escribir de forma manipuladora, sino honestamente sobre los temas que me han sido provechosos y que honestamente creo que valen la pena publicarse.

Prometo que los temas que escojo son 100% basados en lo que tengo en la cabeza en el momento.

Prometo que cualquier consejo o sugerencia que ofrezca, aunque de seguro será más que imperfecto, también será lo que sinceramente creo provechoso.

Por último, prometo escribir sinceramente lo que pienso, pero siempre con el lector en mente; en otras palabras, no me engaño pensando que esto es una agenda cerrada o privada. Mi responsabilidad es considerarte a ti quien lees ahora mismo, y eso prometo hacer.

Lo que NO prometo es cumplir tus expectativas en lo que escribo. De hecho, te garantizo justo lo contrario, de seguro te defraudaré, ya que naturalmente esperamos más de lo mismo de cualquier fuente, y yo eso no lo puedo hacer. Siempre me estoy moviendo, fluyendo.

Esas son mis promesas (y una anti-promesa). Gracias por dejarme saber que lo que escribo es apreciado.

2.3.11

InSPAración de la Semana: Si Está Dañado, Arréglalo

Esta me la envió mi hermana (de sangre) Melissa, quien encontró esto en un subterráneo en Nueva York:


Esta es una frase de contraposición a "If it ain't broke, don't fix it" (si no está roto, no lo arregles). Esta versión resulta tan básica, pero a la vez tan digna de recordar.

Si encuentras algo dañado, no te quejes y arréglalo. Si no lo puedes arreglar por más que lo intentes, no pierdas el tiempo quejándote.


1.3.11

Lo Nuevo del Spa (la semana pasada)

Aquí están todos los escritos de la semana pasada, por si alguien se perdió alguno:


Cómo Llegar a Ser Perfecto en 3 Simples Pasos

Con sólo seguir estos tres pasos sencillos, ¡usted puede llegar a la plena perfección! Un escrito sarcástico pero con un punto importante.


Acerca del Contenido Perenne 

Uno de los objetivos auto-impuestos que persigo escribiendo en este blog, que quizás no se note, es que el contenido sea perenne. No siempre lo logro con todo lo que escribo, por supuesto, pero sí lo considero mi norte. [...]



Tres Estrategias para Influenciar (Actualizado)

Una actualización a mi presentación sobre influencia a través del uso de las medios sociales.

Qué es La Resistencia, y Cómo Vencerla

La Resistencia se refiere a la fuerza que empuja en vía contraria cuando nos toca la ocasión de avanzar hacia algo que nos conviene (no en la superficie, como comodidad o placer, sino que en realidad nos conviene. [...]