7.3.11

Cómo Crecer Haciendo Una Sola Pregunta

¿Soy inteligente o tonto? ¿Soy un exitoso o un fracasado? ¿Soy un esforzado o un vago? ¿Soy amable o grosero?

No, ninguna de estas preguntas son candidatas para ser la que menciono en el título. Sin embargo, es una realidad que nos pasamos la vida haciéndonos este tipo de preguntas.

Incluso, puede ser que muchos de ustedes, como yo, hayan sido cuestionados de esta manera por parte de otros. Se nos juzga por lo que somos, etiquetándonos desde cualquier lado del espectro.

El problema de este esquema de preguntas es que simplemente no nos empujan a crecer, a madurar, a avanzar; y no importa en lo absoluto si estas preguntas nos pintan en un tono negativo o positivo, da igual.

Por ejemplo, si soy un fracasado, entonces no vale la pena hacer un esfuerzo, ya que es inútil; soy lo que soy. Pero del mismo modo, si soy un exitoso, tampoco es necesario hacer un esfuerzo, ya que he llegado a la cima, a la meta, ya no hay nada más qué hacer.

Así vemos que, negativas o positivas, las preguntas que nos pretendan establecer como un estado estático suelen lograr ese mismo resultado: un estado inerte, en donde simplemente no hay espacio para crecer.

El esquema errado

En su libro Mindset, la psicóloga Carol S. Dweck propone que existen dos tipos de esquema mental en el ser humano: la mentalidad fija, la cual hemos ilustrado, en la que la persona constantemente busca una o más definiciones estáticas de su persona; y la mentalidad de crecimiento, bajo la cual la persona en absolutamente todo momento se considera en medio de un proceso de cambio.

Sin importar si sus resultados son positivos o negativos, la mentalidad de crecimiento no recurrirá a las etiquetas, sino que hará preguntas que le lleven a examinarse para continuar con el proceso que va en curso. El punto no es "saber qué soy" como objetivo final, sino constante metanoia, cambios mentales.

Por supuesto, estos procesos llevarán una orientación. Precisamente se llama mentalidad de crecimiento porque en la mayoría de casos, la persona que abandona la mentalidad fija, al estar consciente del proceso en medio del cual se encuentra, suele re-dirigir su mirada hacia una orientación provechosa.

La pregunta mejor

Entonces, ¿cuál pregunta luce ser más conducente para apoyar un crecimiento positivo? Propongo que la próxima vez que nos encontremos ante una oportunidad de cambio — de nuevo, sea positivo o negativo — nos preguntemos lo siguiente:

¿Qué puedo aprender de esta situación?

Naturalmente, coloquemos a un lado la respuesta errada de una típica mentalidad fija, que sería la de aprender qué soy, basado en mis acciones y resultados. La idea preferible sería mantener las categorías intactas; es decir aprender de las acciones vía las acciones, de los resultados vía los resultados, y evaluar corrientes causales ciertas entre estas.

Por ejemplo, en un escenario donde se dé un resultado exitoso, sería un error típico de mentalidad fija decir, "¿Qué puedo aprender de esto? Que por mi reciente éxito soy una persona a quien todo le sale bien."

Lo preferible sería: ¿Qué puedo aprender de esto? Que el éxito reciente fue debido a los esfuerzos A, B y C, y las acciones 1, 2 y 3; y probablemente valga la pena continuar dichos esfuerzos y acciones para poder replicar el resultado exitoso."

Lo mismo se da ante un resultado de fracaso, la persona con mentalidad de crecimiento no se denomina personalmente fracasado, sino que evalúa los esfuerzos y acciones que dieron lugar al fracaso, y los modificará para así lograr un producto distinto.

Aún si nuestra respuesta a la pregunta es honestamente incorrecta, el hecho de simplemente hacernos la pregunta es un ejercicio apropiado que abre la puerta al cambio positivo.

Entonces, de nuevo, la pregunta que nos ayudará a crecer (y además nos mantendrá un tanto humildes y alejados de la depresión) es:

¿Qué puedo aprender de esta situación?

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