28.1.11

Decisiones y Cambios

Sé que es un poco tarde en el año para escribir acerca de resoluciones de año nuevo, así que no pretenderé que este escrito tenga esa intención. Sin embargo, la realidad es que he empezado este año con una nueva serie de intenciones muy serias — tan serias que trascienden el plano de "intenciones" y pasan a ser "decisiones" — con respecto a mi persona y mi carácter. Vamos a decir que estas decisiones simplemente coincidieron con el principio del año, pero no las había puesto en efecto por ninguna otra razón aparte de que ya era tiempo.

La primera decisión es la de renunciar a la negatividad en mi vida. Confieso que por tratar de ser inquisitivo y analítico, me he pasado de la cuenta y he permitido que mi mente recurra a pensamientos negativos casi como estado mental "por default".

Cuando digo "pensamientos negativos" me refiero a todo: reducir en secreto y en mi mente a otras personas, pensamientos cínicos y sarcásticos, burlas hacia otros, amargura por situaciones actuales, estrés, entre demasiados otros. En la gran mayoría de los casos, estos pensamientos eran imperceptibles por otros, excepto por las personas a quienes más amo, mi familia (a quienes en el proceso he herido). Sin embargo, sé muy bien que lo que ocurre dentro de mí es mi verdadera realidad, y no hay por qué fingir sólo porque otros no se estén dando cuenta. Este año he decidido renunciar a todo eso, sin saber si se puede o no, pero con la convicción de que es lo que quiero y necesito hacer.

Por ejemplo, uno de los pensamientos negativos que he alimentado demasiado viene a raíz de que llevo siete años conduciendo casi dos horas al día para llegar a y regresar de mi oficina. Para mí, ya que no me gusta conducir, ha sido una pura tortura. Todos los días llegaba a mi trabajo y de vuelta a mi casa estresado y ansioso. El asunto era tan grave que estaba contemplando vender mi casa, a cualquier precio, para poder mudarme más cerca de mi oficina.

Uno de los "pensamientos raíz" que alimentaban mi negatividad era la idea de que en los minutos en que estoy prisionero conduciendo, pudiera hacer muchas otras cosas ventajosas. Pudiera leer libros, hacer llamadas, empezar negocios nuevos, escribir para el blog, aprender o mejorar una habilidad, y lo más importante de todo, estar más tiempo con mi familia.

Desde que empecé a renunciar a la negatividad, mi perspectiva cambió totalmente. En efecto, aprendí que cuando no puedes cambiar una situación, frecuentemente es más fácil cambiar tu actitud hacia la situación, y fue justo lo que hice.

Lo primero que hice fue renunciar precisamente al "pensamiento raíz." Ahora me doy cuenta de que ese pensamiento es simplemente absurdo e innecesario. No hay forma de que yo pueda estar seguro de que ese hipotético tiempo adicional provechoso sería de provecho real para mi vida. Es una suposición, pero no tengo forma de saber que si hago cambios para lograr eso — porque siempre hay un intercambio — terminaría en un estado plenamente mejor. Simplemente no lo sé, pero la negatividad estaba basada en una convicción falsa.

Naturalmente, el renunciar al anhelo de pasar más tiempo con mis hijos fue lo más difícil. Después de todo, ¿quien no querría tener más tiempo para sus hijos?

Sin embargo, me di cuenta de que no era al tiempo con mis hijos a lo que estaba renunciando, sino al deseo enfermizo de estar con mis hijos por encima de cualquier necesidad o circunstancia. Después de todo, ¡quizás ni ellos mismos quisieran estar conmigo tanto tiempo! Así es, mi relación con ellos, durante el tiempo que actualmente les dedico (que es casi todo el tiempo en que estoy en la casa) puede ser que sea tan especial precisamente porque no estoy delante de ellos a todas horas del día. Mi presencia no les satura, y por lo tanto, cuando estoy con ellos es toda una ocasión. Además, como dice mi esposa, todo lo que hago durante el día es a fin de cuentas para ellos.

Además de renunciar al pensamiento raíz, he sustituído los períodos de letargo conduciendo, por el deseo de aprovechar ese tiempo de otra manera posible dentro de las circunstancias. He redescubierto los famosos "audiobooks", y en lo que va de año creo que he completado más de diez títulos. También me he hecho el trayecto un poco más placentero — y menos doloroso — al cambiar mi viejo auto por uno nuevo, una decisión que resultó ser sorprendentemente económica luego de considerar todos los factores. A fin de cuentas, ya no venderé la casa por ahora y continuaré conduciendo hacia una nueva perspectiva.

Desde que he hecho este cambio, mi nivel de paz y felicidad ha aumentado tremendamente. Me doy cuenta de que, enfocándome en razones de por qué no soy feliz, me he estado negando a mí mismo la posibilidad de ser feliz.

Esto es sólo un ejemplo de las afinaciones que he hecho en mi actitud para eliminar la negatividad de mi mente, pero si tuviera el tiempo (y si no pensara que sería tremendamente aburrido el relato) pudiera realizar una larga lista.

Relacionado con la negatividad, también he decidido renunciar a las discusiones infructuosas. En el pasado he discutido con personas sólo por "defender la verdad", algo que me sentía en obligación de hacer. Ahora veo que esa actividad no ha dado mucho fruto, o mejor dicho, lo único que ha producido es negatividad en mí, y resentimiento en y hacia otros.

A fin de cuentas, cada persona cree lo que le da su gana en un momento en particular, sin importar qué tan sólidas sean mis explicaciones y argumentos. Esto es algo que yo no puedo cambiar. Entonces, me he dado cuenta de que he estado perdiendo el tiempo empujando montañas que al final del día permanecen en el mismo exacto lugar. Ese tiempo y esfuerzo lo puedo dedicar mejor en mejorar mi propio carácter, o en cualquier otra cosa que me genere resultados positivos.

Si piensan que esto es una idea egoísta, pues digamos que lo es, pero también viene por la máxima consideración hacia las demás personas. Si alguien está convencido sin lugar a cambios de que debe lanzarse por un precipicio, no hay mucho que yo pueda hacer para detenerlo... a menos que me pida mi consejo.

Y he ahí la excepción dorada a la regla. Sólo dedicaré mi tiempo y esfuerzo tras el permiso o la petición de ayuda sincera por parte de otras personas. Y los que me conocen saben que cuando alguien me ha pedido ayuda, típicamente doy mucho más de lo que me piden.

Con relación a estas peticiones, en ninguna forma quiere decir que estoy disponible para retos a debates. A eso, le cierro la puerta completamente. El que quiera tirarme un anzuelo para intentar seducirme a un debate pierde su tiempo. Como dije, simplemente no me importa cómo las otras personas decidan pensar o creer, a menos que estén abiertos a pensar diferente y deseen escuchar lo que tengo que decir acerca de cualquier tema.

Algunos cuestionarán si esta idea es "cristiana." Pues, yo pienso que sí. El ejemplo de Jesús me enseña que él dialogaba con las personas quienes dedicaban un centésimo de sus voluntades para escucharle, pero no andaba corriendo detrás de los individuos para tratar de cambiar su forma de pensar. Incluso en Mateo 23 vemos un pasaje de juicio, ya que siendo Dios encarnado, tiene el derecho de juzgar; pero aún en ese pasaje no veo que Jesús haya hecho el esfuerzo de "convertir" a los Fariseos a Su camino. Además encuentro varios Proverbios que me dicen "Es honra para el hombre eludir las contiendas, pero cualquier necio se enredará en ellas." (20:3) y "No respondas al necio de acuerdo con su necedad, para que no seas tú también como él." (26:4).

Sigo admirando el esfuerzo de Apologetas "de tiempo completo", lo cual sinceramente no soy ni he pretendido ser. Me encantaría tener el tiempo para estudiar y escribir artículos, pero esa no es mi realidad. Desempeño un trabajo mediocre al esforzarme en un sentido sin dedicarme a hacerlo de forma excelente, y eso lleva un tiempo molestándome.

Si se preguntan qué significa esta actitud con respecto a los temas de Apologética que por largo tiempo ha sido un tema central de este blog y de mis escritos, pues lamento decir que reduciré su frecuencia. Esos temas me han ayudado y me continúan ayudando mucho, pero si hago cuenta de a cuántas personas de postura contraria he convencido o cambiado, mi obra ha sido tristemente infructuosa. Quizás he logrado edificar a "los de mi propia casa", lo cual me alegra mucho (aunque no me tomo nada del crédito). Sin embargo, si mis palabras y acciones no sirven para dar ejemplo de fe a uno quien yace fuera, entonces pienso que es más fructífero enfocarme de lleno en edificar a los de la fe.

Esto no quiere decir que no pienso hablar sobre Apologética en lo absoluto. Lo que no pienso hacer es dedicar más tiempo hablando demasiado sobre cómo piensan los ateos y no-creyentes, y otras corrientes contrarias a mi postura. En vez de hablar negativamente sobre otra postura, prefiero profundizar en la mía, siendo ejemplo de fe para los que así desean recibirme como tal, y los que no, aceptar su decisión y su forma de pensar sin invertir más de mi limitado tiempo. De nuevo, pienso que hay muchos temas de provecho de los cuales puedo continuar hablando.

Han habido otros cambios en mi vida, pero sé que me he extendido bastante; aunque también he dejado de escribir por un largo período (y luego explicaré un poco más sobre eso), y creo que ha valido la pena la explicación. En otros escritos hablaré más sobre cómo estoy logrando crecer y avanzar haciendo cambios a mi forma de pensar de raíz.

P.D.: Este post lo he escrito sentado en un avión, en un viaje de trabajo desde Virginia de regreso a mi casa en Florida. No tiene nada que ver con el tema, pero sólo quería que ustedes lo supieran.

P.P.D.: Tengo un artículo sobre Ciencia Vs Cientismo pendiente por publicar, que publicaré tan pronto lo termine de editar. Esto lo escribí antes de decidirme por estos cambios, así que el tono puede resultar un poco contrario a lo que acabo de publicar. Aunque siempre doy la bienvenida a sus comentarios, no pretendo que sea una oportunidad para que otros tomen ocasión para discutir.

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