2.11.10

No Pienso Votar Hoy

Hoy se realizarán las elecciones parciales en los Estados Unidos, y como ciudadano me toca el derecho de votar. Sin embargo, no pienso participar en el juego esta vez (a diferencia de hace dos años). ¿Por qué esta vez no?

1) Mi voto nunca ha hecho una diferencia. Como no voto por ninguno de los dos partidos mayoritarios ni sus ideas, mis votos siempre quedan entre el 1 - 3% de la opinión popular.

2) Por mi propia salud mental, me he mantenido alejado de los temas políticos. Ahora mismo no me importan, hay demasiado poder (es decir, ambos partidos mayoritarios) empujando en un sentido inverso a lo que considero correcto y mis esfuerzos han sido inútiles. Prefiero dedicar tiempo a algo más productivo.

3) Como dije en el 1), mis opiniones no están ni siquiera cerca de un grupo mayoritario, o sea que mi voto no afectará los resultados en ninguna forma significativa.

4) Me abstengo en forma de protesta... soy un ciudadano que declara que no tiene caso perder el tiempo.

Esto no quiere decir que jamás volveré a votar, ni tampoco que pienso mal del que decide utilizar su derecho. Sólo actúo con consciencia, y esa consciencia me dice que en esta ocasión no vale mi tiempo ni esfuerzo jugar al juego de la democracia. Esta vez acepto que la mayoría decide, y eso no lo cambiaría si voto o no.

Un mito que nos quiere alimentar la maquinaria política es que si no votas, no tienes derecho de quejarte. Esto es pura y típica propaganda política. Nadie puede quitarnos el derecho a la libre expresión, y
menos por tomarnos un derecho que tenemos, el derecho de abstenernos. Mi derecho de expresarme no depende de mi voto, todo lo contrario. El votar es una de las formas de expresarse libremente, como muchas otras, y el voto se basa en mi derecho de libre expresión, ¡no lo contrario!

19.10.10

Tres Estrategias para Influenciar

El pasado 2 de octubre del año en curso, tuve la oportunidad de impartir una corta charla en la conferencia Praxis 2010, realizada en la ciudad de Tampa, Florida. El título de mi presentación es "Tres Estrategias para Influenciar".

Acá comparto el material de apoyo visual que utilicé durante la presentación, exceptuando algunos videos que incluí al final de la presentación, pero que no puedo colocarlos acá.


Me encantaría escuchar sus opiniones sobre estas ideas.

Actualización: Acá coloco algunos testimoniales que me enviaron via Facebook personas quienes estuvieron presentes durante la presentación.




Aventuras en la Paternidad, Cap III: Perdido

Hace tiempo empecé una serie llamada "Aventuras en la Paternidad", acerca de mis experiencias como padre de familia. Como muchas otras cosas, no he actualizado la serie en bastante tiempo. Hoy vuelvo a retomarla con la siguiente entrega que podrán leer debajo. Las entregas anteriores son:

———


Ayer fui junto a mi familia a casa de mi amigo Diego, a celebrar su cumpleaños. La verdad es que llegamos tarde, vergonzosamente tarde. Tan tarde llegamos que justo cuando nos preparábamos para sentarnos, la mayoría de las personas se ponían de pie para despedirse. Sólo puedo imaginarme qué habrán pensado de nosotros. Afortunadamente, Diego es nocturno y no le molestaba dedicarnos unas horas adicionales en la noche.

Estuvimos allí un buen rato, hablando y conversando de todo. Mis hijos se entretenían con un juego basado en Legos que estaba entre los regalos que le entregaron a Diego. Aclaración: Diego cumplía 25 años. Lo de los Legos fue un detalle extraño, supongo.

Al cabo de unas horas y llegada la medianoche — porque nuestras visitas jamás son cortas — nos preparábamos para marcharnos. Seth, mi hijo de cinco años de edad, me preguntó si ya nos íbamos, y yo le dije que sí. Luego me preguntó si en el auto podía jugar con mi teléfono (Increíble cómo todos los teléfonos en estos días traen juegos. De hecho, creo que hay algunos teléfonos que traen juegos, pero no tienen donde marcar números para hacer llamadas.) Le dije que sí, que le prestaría el teléfono para jugar.

Luego pasé a hacer justo lo que tanto me molestaba que mis padres hicieran cuando yo era un niño: decir que nos íbamos, y luego quedarme a hablar un rato más.

Al cabo de unos minutos, cuando en verdad llegó la hora de irnos, le dije a Nathan que nos marchábamos. Le pregunté dónde estaba su hermano, porque se supone que los hermanos mayores siempre saben dónde están los menores, ¿verdad?

La respuesta de Nathan se convertiría en el botón que encendiera la máquina de drama de la noche.

— Daddy, yo creo que Seth salió sólo.

"¿¿Cómo que salió sólo??" respondí alarmado, casi gritando.

— Sí, ¡no lo veo!

Inmediatamente quise salir corriendo de la casa, pero me devolví a decirle a alguien que lo buscara dentro de la casa. Es que una gran parte de mí no quería creer que estaba fuera de la casa. Simplemente, me parecía imposible. No obstante, Diego buscó rápidamente dentro de la casa, y me dijo "no, no está acá."

En este punto debo explicar algo. Tengo varias pesadillas recurrentes con las que lidio de vez en cuando. Una de ellas es la tontería de verme de repente en un aula de clases, en un día de examen, y darme cuenta de que no había estudiado nada. Otra pesadilla es la de que un ladrón se meta de noche a mi casa. Sin embargo, la pesadilla más horrorosa de todas, quizás porque es la más cercana a lo posible, es que uno de mis hijos se pierda, o peor aún, que sea raptado.

Sencillamente, en ese momento que me dijeron que Seth no estaba en la casa, pensé que estaba viviendo esa tan temida pesadilla.

Salimos corriendo desesperadamente de la casa. Todo sonido de auto para mí era el sonido de un sospechoso de haber raptado a mi pequeño niño. Me estaba volviendo loco, se me aceleró el corazón, no sabía qué hacer.

Mi esposa y Nathan empezaron a gritar. Una parte de mí quería mandarlos a bajar la voz, ya que era medianoche y estábamos en un vecindario... Pero luego pensé, "ah, lo que sea, ¡hay que encontrar a Seth!" Entre los gritos de estos dos, se oyó una tercera voz en la distancia, la cual no se distinguía muy bien. En este instante mandé a callar a mi esposa y a Nathan... Y oímos la voz de Seth, llamándome para que lo encontrara.

Todos corrimos hacia donde se oía la voz, que era como a cuatro o cinco casas de la de Diego. Pensé que estaba en peligro, que estaba bajo un auto, que lo mordió un perro... Qué se yo, cuando estoy en pánico, suelo pensar en lo peor.

Cuando llegamos a donde estaba, lo encontramos agachado en el suelo, abrazando sus rodillas, llamando, gritando... Llorando. Supongo que es normal para un padre que en los momentos en que tu hijo se ha metido en peligro, aún en potencia, y le hallas fuera de peligro, sientes una mezcla de ganas de castigarlo y ganas de abrazarlo agradecido de que nada sucedió. Vi esa mezcla en mis propios padres en una u otra ocasión, por eso creo que todos lo vivimos en algún momento.

En verdad no entiendo cómo Seth pudo haber caminado tan lejos estando completamente sólo. Lo único que me imagino es que estaba pensando tanto en jugar en mi teléfono que se distrajo en gran manera, y no se dio cuenta.

Levanté a Seth, lo tomé en mis brazos, y di gracias a Dios de que la pesadilla no se había tornado realidad. De inmediato le pregunté a Seth por qué se había marchado así, sólo y de esa manera. Me respondió, "yo pensé que me habías dicho que nos marchábamos."

Luego que lo coloqué en su asiento del auto, me preguntó sin vergüenza alguna, como si nada hubiera sucedido, si le podía prestar el teléfono para jugar, como "se lo había prometido". Le hablé calmada pero firmemente, y le dije, "¡Por supuesto que no! Ahora te toca meditar en lo que acaba de suceder, ¡y espero que medites bien! Piensa en lo que hubiera podido suceder... Te hubieras podido perder, alguien te pudo haber raptado... ¡Eres muy bendecido de que regresas a tu casa esta noche! ¡Piensa en esto!"

En verdad no sé si fui muy duro con él, pero mi intensión era sólo que no tomara lo que acababa de suceder a la ligera.

Y luego pensé.

Cuántas veces he pensado que el Padre me dio la orden de hacer algo, y yo salí a caminar sin orientación. Cuántas veces he estado distraído, pensando en algo que quería. Cuántas veces yo me he hallado perdido. Sólo. Abrazando mis rodillas, llamando al Padre, esperando que me viniera a rescatar. Cuántas veces he tenido que admitir mi culpa, diciéndole, "yo pensé que me habías dicho que nos marchábamos."

Y cuántas veces he corrido, sin esperar el tiempo del Padre.

18.10.10

El Escepticismo: ¿El Nuevo Intelectualismo?

En estos tiempos cuando el Relativismo parece ser la religión imperante, decir que sabes algo sin decir la excusatoria "es mi humilde opinión" o "bueno, yo creo" es considerado un pecado capital en algunos círculos de erudición. Sin embargo, el escepticismo parece ser aplaudido y hasta fomentado como una marca de genuino intelecto.

Pretendiendo llevarme al extremo, alguno querrá reaccionar pensando que abogo por lo contrario que es el ser crédulo (Credulismo?). Para nada. Los dos extremos son anti-intelectuales, pero por el momento mantengámosnos en el Escepticismo.

Ser escéptico no cuesta absolutamente nada. No se requiere ningún tipo de lectura o estudio, no se requiere un marco epistemológico sólido y probado, no se necesita una cosmovisión lógicamente sustentable. El decir "lo dudo" sólo requiere el esfuerzo necesario para vocalizar esas dos palabras.

Más aún, el Escepticismo está carente de información en lo más mínimo. Si el escéptico pudiera definir por qué duda, por definición deja de ser un mero escéptico, y pasa a un plano más respetable, el de una persona que expone sus asumidos. Sin embargo, un escéptico de carnet y membresía generalmente procura no exponer sus asumidos, o por lo menos lo intenta. Esto es porque el escéptico huye de que otros sean escépticos hacia sus ideas. Es mejor ocultarlas, no hay por qué perder la diversión.

Entonces, un sistema racional que no requiere estudio ni esfuerzo, y que no contiene información en lo absoluto, ¿cómo puede considerarse una postura intelectual seria?

Es que en realidad, aunque quiera pasar por un sello de grandes intelectuales, el escepticismo es meramente una actitud, y no un sistema de pensamiento. Eres escéptico hacia ciertos temas, pero no eres Escéptico con mayúscula.

Y la verdad es que todos somos escépticos hacia un tema u otro, o bien hacia ciertos tipos de proposiciones y construcciones lógicas. Ojo, nadie es escéptico hacia todos los temas, no se engañen. Lo que define hacia cuáles temas o proposiciones dirigimos esa actitud, está directamente relacionado con nuestras presuposiciones, que es a fin de cuentas donde deberíamos concentrar nuestros esfuerzos en analizar, y los cuales deberíamos ser lo suficientemente transparentes como para exponer, y suficientemente valientes para reconocer.

Yo no me encuentro nada respetable el que una persona diga que es escéptica, a menos que pueda exponer con claridad y objetividad por qué duda, y por qué considera que su duda es razonable. Las razones que ofrecería son con las cuales me interesaría interactuar, pero con el simple "lo dudo", ya a estas alturas lo ignoro, como ignoro el sonido de la alarma de un auto ajeno estacionado en la distancia.

16.10.10

En la Búsqueda del Equilibrio

Lo he visto ocurrir tantas veces, que puedo sentir el olor mucho antes de que la sopa sea colocada sobre la estufa.

Durante un conflicto de ideas entre los sujetos A y B, A odia tanto la postura de B que la malinterpreta, la tuerce, y la lleva al extremo. B señala que su postura ha sido mal-representada y pide que A se retracte. A veces B comete la falacia "et tu" y por igual crea un muñeco de paja de la postura del sujeto A (venganza dulce?). Ambos se señalan que se han llevado mutuamente a extremos falsos, y luego toca perder tiempo y energía arrastrando la carreta de nuevo al camino, a ver si pueden salvar la discusión de alguna forma
.
Según he ido madurando, me doy cuenta de que lo mejor es procurar el equilibrio en todo momento; es decir, no ser extremista con ninguna de nuestras posturas, pero tampoco llevar la interpretación de las
posturas ajenas a extremos innecesarios e injustificados.

Demasiadas veces, las personas ni siquiera entienden plenamente qué creen, por qué lo creen, ni las implicaciones de lo que creen. Con bastante paciencia y un poco de "beneficio de la duda" podemos desenterrar los motivos verdaderos de la otra persona, lo cual sería sumamente difícil hacer si sólo nos concentramos en empujar nuestros asumidos y preconcepciones.

La vía del equilibrio procura preguntar mucho antes de colocar el punto final. Puede ser que antes yo te dijera en blanco y negro lo que pensaba acerca de tus ideas. Ahora lo que intento hacer (y aún estoy practicando) es preguntarte, pedirte que me definas lo que estás tratando de decir hasta que pueda decir que te comprendo, hasta que luego me siento en la capacidad de ofrecerte mi franca opinión.

No sé si llamarle "tolerancia," ya que esa palabra hoy día puede que lleve una connotación muy distinta a lo que señala el diccionario, y no sé si estoy familiarizado con la vuelta actual del término. De todos modos, siento que por ahí va la cosa.

Si no estamos dispuestos a tener paciencia para comprender a la otra persona, en mi opinión, perdemos el derecho de emitir una opinión, prácticamente a sus espaldas. Toma mucha valentía y "fortaleza abdominal" sentarse y comprender a una persona quien tiene ideas con las que uno no se siente cómodo, mas criticar en modo anónimo es para puros cobardes.

Me parece que una de las razones por las que mucha gente opta por la vía de la interpretación extremista es porque está muy emocionalmente invertida en el tema particular del debate. Quizás se deja llevar de que su felicidad o tranquilidad depende del resultado de la discusión.

Lo sé porque a mí me ha pasado.

No obstante, he madurado un poco, y ahora comprendo que en la mayoría de los casos ni siquiera una gran discusión realizará una diferencia enorme en el universo de las ideas posibles. No estoy diciendo que no se deban discutir ideas, por supuesto. De nuevo, lo que señalo es que por esta razón, el invertirse emocionalmente en los conflictos de ideas es inútil.

Además, a fin de cuentas, la gente decidirá creer lo que realmente quiere creer (y este tema lo dejaré para ampliarlo en otra publicación, porque hay bastante de qué hablar).

¿Qué crees sobre esto? ¿Cuáles son los principios que te ayudan a mantener el equilibrio? Estoy muy interesado en tu opinión.

13.10.10

¿Por Qué Nada Nuevo en el Spa? Una Explicación...

En este audio proveo una explicación a por qué no he escrito nada en este blog durante más de un año y medio. Habiendo dicho (en el audio) lo que había que decir, formalmente regreso a activar el Spa Mental.

  
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