16.6.11

Carta a Un Desilusionado

Querido Desilusionado,

Te he venido leyendo y observando desde hace tiempo. He leído tus escritos en el blog, tus tweets, y los enlaces que compartes en las diferentes redes sociales. Me queda muy claro cómo conduces casi toda conversación para llegar a ese tema que tanto te ha desilusionado, aunque sea para lanzarles un flechazo adicional. Es super-evidente que defines tu propósito en la vida como cazador de ese grupo que tanto te desilusiona, que tan profundamente sientes que sería un logro para la humanidad si un día explotaran y se vuelva a escuchar de ellos sólo en los libros de historia.

Te he venido escuchando, y entiendo tu postura. Por medio de esta carta, quisiera hacerte una pregunta honesta...

¿Qué has logrado por medio de todo eso?

Me imagino que no los has logrado convencer a todos, ya que de ser así, desistirías de tu tiroteo. Supongo que no has logrado convencer a una gran mayoría a tu forma de pensar, porque en ese caso tendrías las manos demasiado llenas tratando de enseñar los pormenores de tu camino a tus nuevos conversos/desconversos/lo-que-sea. Creo no equivocarme al pensar que nunca has convencido a uno de sus grandes líderes, ya que hubieses salido en el titular de tus publicaciones, y hoy estarías demasiado ocupado haciendo giras y firmando autógrafos, ostentando tu nuevo trofeo.

Entonces, ¿verdaderamente qué has logrado?

Te digo esto con todo respeto, mi amigo Desilusionado. Con un poco de humor, pero con respeto. Me parece que lo estás haciendo más para desahogar todo lo negativo que sientes, que porque realmente te interesa un cambio.

Y puede ser — y perdóname si me equivoco — que muy en el fondo, en realidad no desees ningún cambio, ya que si aquello que tanto te molesta dejara de existir, luciría como si parte de tu identidad y propósito en la vida se perdería, y tú ya has dedicado bastante tiempo haciendo campañas como para que desaparezca así por así. Quizás sería incómodo darte cuenta de que has invertido tanto tiempo en entrenarte bien para eliminar algo que de buenas a primeras ya no existe.

A la vista de todos, tú eres un "anti-", y a mucho orgullo; y los "anti-" necesitan a los "pro-" para subsistir. Ustedes son una simbiosis ideológica. Uña y dedo. Jamón y queso. Ustedes juntos hacen una liga; antagónica sí... pero son una liga.

Mi amigo Desilusionado, ¿cómo cambiaría tu productividad si en vez de dedicarle tanto tiempo a ser "anti-", te decidieras a ignorar que tus enemigos declarados importan tanto, y te empeñaras en otra cosa que realmente logre algo? Tanta campaña y no has logrado nada... ¿tiene sentido seguir?

Fíjate, no estoy discutiendo las razones por las que te sientes desilusionado. Quizás tengas toda la razón del mundo para sentirte así. Te hablo sólo sobre productividad.

Tú tienes sólo una cantidad limitada de días en la tierra. ¿De verdad deseas hacer cenizas de una gran parte de esos días luchando batallas inútiles, "expresándote", desahogándote sin sentido? ¿No sería mejor ponerte de pie y representar algo? (No, amigo Desilusionado... el ser "anti-" no se trata de representar algo, sino que te define el estar en contra de quienes sí representan algo).

Creo que ves mi punto, pero dudo mucho que te convenza. En realidad, no ha sido mi intención convencerte, por lo menos no ahora mismo. No obstante, en algún momento puede ser que veas las grietas de tu plan maestro, o que te quede claro que tu tiempo es un recurso valiosísimo que estás desaprovechando. En todo caso, es mi deseo que esta carta te llegue a la mente justo durante esos momentos, y que consideres que hay otro camino.

Gracias por leerme, sinceramente,

Alexander Rodríguez

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