Confrontaciones entre Mundos Diferentes
Tanto se ha hablado sobre el concepto de "cosmovisión" (y confieso que no me gusta esa palabra en castellano, pero es lo que hay, y es lo que tendré que utilizar) que es fácil asumir que todos saben lo que significa. Disculpen el tono didáctico de este post, pero . . . Para los que no se han topado con este término antes, aquí ofrezco una breve explicación, seguido de algunas aplicaciones a la apologética.
Una cosmovisión (del alemán weltanschauung, que literalmente significa "visión del mundo" o "visión hacia el mundo") es básicamente el conjunto de ideas fundamentales y asumidas que conforman el marco a través del cual se interpreta cualquier información. Esas ideas fundamentales suelen ser sobre Dios, la naturaleza del hombre/humanidad, la mente, la ética, entre cientos de miles de otras categorías posibles.
Lo que he venido hablando sobre optimismo/pesimismo (me refiero a esto y a esto) son cualidades que podemos identificar en una cosmovisión particular u otra. Estoy muy consciente de que el tema puede dificultarse, ya que esa cualificación varía según la cosmovisión. Es decir, la base con que se determina si una cosmovisión es "optimista" o "pesimista" también depende de la cosmovisión de la persona quien emite tales cualificaciones.
Uno de los aspectos más fascinantes de la apologética de orden presuposicional es que reconoce que cada persona evalúa el mundo según los valores internos de su cosmovisión particular, y no a partir de un punto de vista neutro - que en realidad, cuando se analiza, es inexistente. Esta es la razón por la cual la apologética evidencialista, o cualquier otro método que asume que dos interlocutores pueden dialogar partiendo desde un punto neutral, es completamente inútil. De nuevo, no existen puntos neutrales. Como dice el dicho aquel, "cada cabeza es un mundo".
Esta realidad es evidente para todo Cristiano quien ha predicado a un no-creyente. ¿Cuántas veces nos hemos topado con el caso cuando compartimos nuestra esperanza de vida, lo que más nos emociona y nos alienta, incluso lo hacemos con todo tipo de evidencia Bíblica y hasta científica, y la respuesta de la otra parte es fría y seca? El problema usualmente yace en que la otra persona está evaluando la validez de una cosmovisión ajena, pero a través de la suya propia. Como aquella no cuadra con esta, piensan, se descarta inmediatamente como inválida, o bien como sinsentido.
La crítica de la apologética presuposicional es que esta práctica (o sea, tratar de imponer una cosmovisión, o pretender que una persona sustituya su cosmovisión por la de otra persona) es un ejercicio de futilidad. Una persona jamás sustituye su cosmovisión, sólo la modifica o la transforma; pero en todos los casos, una persona siempre hablará y observará el mundo desde y a través de su propia cosmovisión.
Entonces, conociendo la fatalidad de ignorar este hecho, la labor del apologeta presuposicional al intentar convencer a una persona, se centra más en romper, partir y abrir la cosmovisión ajena, y no tanto en imponer la suya sobre la del otro. Por supuesto, el apologeta Cristiano, antes de enfrascarse en una confrontación (y como creo haber insinuado, predicar es una forma de confrontación) necesariamente debe tener la plena certeza de que su cosmovisión es superior a cualquier otra, debe conocer las razones por las cuales es superior, y además debe cerciorarse de que su entendimiento es lo suficientemente sistemático como para no sufrir de inconsistencias ni contradicciones de las que otro pudiera abusar en medio de la confrontación. Una vez esa cosmovisión ajena y falsa queda despedazada, lo cual sostendré que todo Cristiano con preparación puede hacer con facilidad, se puede proceder a mostrar la superioridad de la cosmovisión Cristiana.
Entre las tácticas para despedazar una cosmovisión falsa, se suelen encontrar las siguientes acciones:
a) Demostrar que un componente de una cosmovisión está en contradicción consigo mismo o con otro componente de la misma cosmovisión (a esto se le llama "contradicción interna"). Ej: Decir que sólo se cree lo que se puede evidenciar empíricamente, pero a la vez rehusar demostrar empíricamente que "sólo se debe creer lo que se puede evidenciar empíricamente" es una proposición verdadera.
b) Demostrar que el fundamento propuesto de uno de los componentes en realidad no arroja tal componente como consecuencia necesaria. Ej: La persona que dice que una teoría X queda comprobada por un fundamento Y, cuando en realidad X y Y no tienen ninguna relación necesaria entre sí.
c) Demostrar que hay un conflicto entre los componentes de una cosmovisión y la forma en que la persona procede en la práctica. Ej.: Afirmar que el bien y el mal son conceptos relativos, y luego oponerse a algo diciendo que es absolutamente malo.
Como ven, mientras que la apologética evidencial presenta evidencia tras evidencia tras evidencia tras evidencia, con la esperanza de que la otra persona las considere válidas, la presuposicional analiza la perspectiva de otro desde aquel punto de vista mismo. Naturalmente, se parte desde asumidos en común, los cuales usualmente son el lenguaje y la lógica (aunque aún estos - o bien la noción de estos - también pueden ser diferentes; esto es algo que habrá que descubrir a través del diálogo).
Usando de nuevo la analogía de mundos: Mientras el evidencialista asume que puede atraer a alguien de otro mundo hacia el suyo, usando un idioma o un sentido "común" que en realidad no existe, el presuposicionalista comprende que dos mundos hablan dos idiomas totalmente diferentes, y que no hay traductor. El único punto en común es que ambos existen, aunque ambos no sean verdaderos. Aunque suene belicoso, la única forma de sacar a la persona de ese mundo es destruírselo delante de sus propios ojos.
No se desesperen si todo esto les ha parecido un poco abstracto. En los siguientes posts trataré de ilustrar esto utilizando ejemplos prácticos.
Gozo en Su reposo,
A&R
Actualización: Leyendo de nuevo, me doy cuenta de que el final del párrafo que empieza con "Usando de nuevo la analogía de mundos" pudiera dar a entender que el mundo no-Cristiano, a pesar de que no es verdadero, existe plenamente. Sí dije que existe, pero aprovecho para aclarar que existe sólo en la mente de la persona, no es que sea una realidad valedera ni justificable en ningún sentido. Voy más allá: toda cosmovisión falsa, por ser falsa, ella misma niega su propia existencia.
Es decir, el mundo ateo, por ejemplo, sólo existe como una realidad en una mente que se rehusa a tratar con los horribles problemas lógicos y morales internamente. La "realidad" atea es sólo una ilusión o un espejismo. La labor apologética debe procurar hacer entender a la persona que su mundo en realidad no existe. La apologética presuposicional, como espero demostrar en los siguientes posts, probará esta inexistencia usando los argumentos mismos de la otra cosmovisión.
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