12 Refutaciones a la Inexistencia de Dios - Sexto Argumento
"Dios no puede haber creado sin motivo; eso supuesto, es imposible discernir uno solo."
-Sebastian Faure, 6to argumento
-Sebastian Faure, 6to argumento
En el libro "Doce Pruebas de la Inexistencia de Dios", por Sebastián Faure, bajo el sexto argumento, dice lo siguiente:
"De cualquier lado que se examine, la creación resta inexplicable, enigmática, vacía de sentido.
Y salta a la vista que, si Dios ha creado es imposible admitir que haya cumplido este acto grandioso y del cual las consecuencias debían ser fatalmente proporcionales al acto mismo, por consiguiente, incalculables, sin haberse determinado a ello por una razón de primer orden.
Y bien. ¿Cuál será esta razón? ¿Por qué motivo Dios se ha podido determinar a crear? ¿Qué móvil le ha impulsado? ¿Qué deseo le ha tomado? ¿Qué propósito se ha formado? ¿Qué objeto ha perseguido? ¿Qué fin se ha propuesto?
Multiplicada, en este orden de ideas, las cuestiones y las cuestiones, dadle vueltas y más vueltas al problema; examinadlo bajo todos sus aspectos; examinadlo en todos los sentidos y yo os reto a resolverlo de otra manera que no sea por cuentos o por sutilidades.
Mirad: he aquí a un niño educado en la religión cristiana: su catecismo le afirma, sus maestros le enseñan que es Dios quien lo ha creado y lo ha puesto en el mundo. Suponed que él se hace esta pregunta: ¿Por qué Dios me ha creado y me ha puesto en el mundo? Y que quiera encontrar una respuesta seria y razonable. No podrá obtenerla. Suponed todavía que, confiando en la experiencia y en el saber de sus educadores, persuadido que por el carácter sagrado de que curas y pastores están revestidos por los conocimientos especiales que poseen y por las gracias particulares; convencido que por su cantidad, ellos están más cerca de Dios que él y mejor iniciados que él a las verdades reveladas, suponed que este niño tenga la curiosidad de pedir a sus maestros porqué Dios le ha creado y le ha puesto en el Mundo: yo afirmo que ellos no pueden dar a esta simple interrogación respuesta alguna satisfactoria, sensata.
En verdad, no la hay."
Aparentemente, Faure está completamente seguro de una cosa: "la creación está vacía de sentido". Si fuera consistente, tendría que decir que nada en el mundo tiene sentido. Pero si esto es cierto, entonces la frase "la creación está vacía de sentido" tampoco tiene sentido. De hecho, el libro completo de Faure tampoco tendría sentido . . . entonces, ¿para qué lo habrá escrito, y por qué deberíamos leerlo?
Este es el mismo exacto dilema en el que Faure se enfrasca cuando considera a Dios. Es decir, primero se inventa que nada de lo que Dios ha hecho tiene sentido, y luego se pregunta por qué Dios habrá hecho algo sin sentido. Sin embargo, por sus propias demandas, el falso dilema de Faure tampoco tiene sentido, por lo que pudiéramos descartarlo como una mera insensatez de su parte.
Faure piensa que su desconocimiento de las razones de Dios, o quizás - incluso concederé - el fracaso de algunos para explicarlo, son suficiente evidencia de que Dios hizo lo que hizo insensatamente. Incluso, al pedir una respuesta, dice que el requisito de esa respuesta es que "no sea por cuentos o por sutilidades"; sin embargo, Faure no define lo que él considera un "cuento" ni una "sutilidad".
Si estos son designios subjetivos de su parte, entonces todo lo que ofrezcamos como respuesta será rechazado sin consideración. Faure probablemente no quiere recibir una respuesta a su pregunta. Si lo quisiera, él hubiera definido lo que es "cuento" y "sutilidad". Más aún, hubiera provisto de razonamientos de por qué su idea particular (cualquiera que sea) de lo que es "cuento" y "sutilidad" es suficiente base para rechazar una respuesta dada. Por supuesto, él no hace esto. Como un niño que hace una pregunta, y luego se tapa los oídos para no escuchar respuestas, Faure se da a sí mismo la respuesta que quiere oír: "no hay respuesta".
"¡Vamos! ¡Filósofos profundos pensadores sutiles, teólogos, prestigiosos, responden a este niño que os interroga y decidle porqué Dios lo ha creado y lo ha puesto en el Mundo!
Estoy bien tranquilo: no podéis responder, al menos que no digáis: “Los designios de Dios son impenetrables”, y que no deis esta respuesta como suficiente."
En realidad, existe una respuesta muy clara y sencilla a la pregunta "¿Por qué Dios me ha creado y me ha puesto en el mundo?", y no es "los designios de Dios son impenetrables". Acá está:
"Lo hizo porque quiso."
El ateo querrá ahora preguntar, "¿Y por qué lo quiso así?" La respuesta una vez más sería, "quiso porque quiso".
En este punto, el ateo estaría furioso, o bien se burlaría de mí por esta respuesta. El ateo no estará satisfecho hasta que se le otorgue una respuesta diferente a esta. No obstante, insistiré que mi respuesta no es sólo válida, sino que también es compatible y consistente con la revelación del Dios de la fe Cristiana.
Si Dios es, como la fe Cristiana afirma, Omnisciente y Soberano, y además de comunicar estos atributos al hombre, también ha comunicado que ha creado con un propósito, entonces yo sólo necesito saber esto para sentirme completamente satisfecho. Por supuesto, el ateo cuestionará el que Dios nos haya comunicado esto, pero esto me tiene sin cuidado, ya que el ateo ha negado a Dios de antemano, y por consiguiente, ha negado a priori la posibilidad de que Dios haya podido comunicado algo a la humanidad.
¿En qué se diferencia mi respuesta a la que Faure predijo que innegablemente daría, "los designios de Dios son impenetrables"?
Se diferencia en que "los designios de Dios son impenetrables" es, en relación a esta pregunta, una respuesta agnóstica, débil, confusa y cobarde. La persona que responde de esta manera realmente está diciendo, "quizás Dios tuvo un propósito, pero quizás no... de todos modos no lo sabemos ni hay forma de saberlo". La persona que responde de esta manera debería avergonzarse de ser llamado hijo de Dios, o bien debería avergonzarse de su mini-ateísmo.
En cambio, la respuesta que ofrezco, "lo hizo porque quiso" es una respuesta fuerte, final y absoluta. No hay misterios ni dudas en ella, sino que se defiende la revelación por parte de Dios y Su carácter. Es una respuesta que alaba a Dios por Su soberanía, omnisciencia y bondad (y digo "bondad" en el sentido absoluto, trascendente y final; no bondad como el ateo lo quiera definir en el momento, según su propia opinión de lo que significa ser bueno).
El propósito de Dios en hacer algo se halla en Su voluntad, en Su elección en hacer. Dios hace todas las cosas con motivo, según nos ha dicho El mismo. Yo no tengo por qué explicar las cosas que Dios hace más allá de lo que he conocido de El, ni poseo la autoridad ni el conocimiento para juzgar si sus razones son buenas o no según mis conceptos subjetivos de lo que es bueno o no.
Preguntar por qué quiso lo que quiso lo que quiso lo que quiso me llevará al mismo lugar: El quiso. Sólo me basta saber que quiso hacer algo y lo hizo. No es por nada que Dios se haga llamar "Padre nuestro"; el niño no le anda preguntando a su padre por qué hace cada cosa que hace, sino que implícita en su relación está la confianza de que su padre sabe lo que está haciendo. Al niño sólo le basta saber que el padre quiso algo, y el niño lo acepta.
Faure comete otra gran falacia, la cual ilustro a continuación, primero citando su escrito:
"Lo que diferencia los actos de un hombre sensato de los actos de un insensato, es que los actos del primero se explican, es que tienen una razón de ser, es que se distingue en ellos la causa y el objetivo, el origen y el fin, mientras que los actos de un hombre privado de razón no se explican, es incapaz él mismo de discernir la causa y el objetivo; no tiene razón de ser.
Y bien: Si Dios ha creado, sin objeto, sin motivo, ha obrado a la manera de un loco y la Creación aparece como un acto de demencia."
Faure dice que si un hombre no puede explicar por qué hace tal o cual cosa, es porque el hombre es demente. Aunque esto no es necesariamente así, ya que todos los días hacemos cosas sin saber por qué (por ejemplo, nos movemos de cierta manera mientras dormimos, reaccionamos impulsivamente a favor o en contra algo, etc.), dejemos eso a un lado, y prestemos atención a la falacia que Faure comete.
El argumento de Faure, como está expresado, pretende ser este:
"Si un sujeto X no sabe por qué él mismo hace algo, el sujeto X (él mismo) es un demente."
Sin embargo, la conclusión que Faure deriva de esto ("Dios es un demente") está basado sobre otro argumento absurdo y oculto. Faure no pregunta ni considera si Dios sabe El mismo por qué hace las cosas; lo que a Faure le molesta es que él, Faure, no sabe por qué Dios hace las cosas. El argumento oculto de Faure es el siguiente:
"Si un sujeto X no sabe por qué otro sujeto Y hace algo, el otro sujeto Y es un demente."
En el argumento oculto de Faure, el "sujeto X" es Faure, y el "otro sujeto Y" es Dios. Según Faure, si él no entiende por qué Dios hace algo, ¡Dios es un demente! Pero por supuesto, la demencia sólo está en la tremenda confusión de la cual Faure sufre, ya que el segundo argumento no tiene que ver con el primero que él expresó, y por tanto su conclusión es un non sequitur del primer argumento.
Encima de esto, el segundo argumento oculto de Faure es una pura estupidez. Qué tal si yo utilizara su argumento y dijese, "si yo no puedo saber por qué Faure decide hacer argumentos estúpidos, entonces Faure es un estúpido." Como Faure ya no vive para ofrecer una razón, y por consiguiente jamás recibiré una respuesta de su parte, yo pudiera afirmar que "¡Faure es un estúpido!" ¿Sería válida mi conclusión?
Si es válida, entonces la afirmación "Faure es un estúpido" es verdadera, y por tanto su argumento es estúpido. Si no es válida, no lo es porque es estúpida, y por tanto el argumento oculto queda probado como una estupidez. Cualquier resultado a esta pregunta revela que el sexto argumento de Faure es inválido.
NOTA: En caso de que alguien quiera acusarme de que he proferido un ad hominem (ataque personal) contra Faure, le pido que lea de nuevo con atención. Mi refutación no es que el argumento de Faure es estúpido porque Faure es estúpido, lo cual sí sería ad hominem. Mi refutación es que el argumento mismo de Faure se puede usar para arrojar como conclusión que él es un estúpido; o sea, en otras palabras, es internamente auto-contradictorio. De hecho, se puede usar para probar cualquier cosa, porque a fin de cuentas es un argumento falaz.
Gozo en Su reposo,
A&R