29.11.13

¿Todos somos individuos...?

Algo que leí que me llamó mucho la atención:

"Los Estadounidenses frecuentemente se enorgullecen de que disminuyen la relevancia de las diferencias culturales: 'Todos somos individuos,'mucha gente se jacta. El ignorar asuntos como el género y la etnicidad se vuelve una fuente de orgullo: 'Yo trato a todo el mundo de igual forma.' No obstante, el tratar a todas las personas de igual manera no es un trato equitativo cuando todos no son iguales."
— Deborah Tannen, especialista en lenguas, en su estudio "You Just
Don't Understand" ("Tú Simplemente No Entiendes")

28.11.13

Mi recordatorio a dar gracias

Hoy se celebra en los Estados Unidos (país donde nací y donde actualmente vivo) mi día de fiesta favorito, el Día de Acción de Gracias (acá conocido como Thanksgiving). En realidad no me importa de dónde salió la fecha, de si es una fecha "hispana" o no, y si usted decide celebrarlo o criticarlo.

Sólo me encuentro útil el recordatorio anual de vivir una vida agradecido. Agradecer todo lo ocurrido que me ha llevado hasta acá, y lo que ocurrirá en el futuro. Yo tengo certeza de que todo en mi vida, tanto lo doloroso como lo alegre, obra para bien. Por eso le doy gracias al Creador y Rey de mi vida.

Si fuera un ateo materialista, no tendría sentido racional dar gracias. Claro, se puede mostrar el aprecio con palabras a personas a tu alrededor, pero a fin de cuentas, todos los favores, el amor de personas, la bondad, las bendiciones, estaríamos hablando meramente sobre moléculas en movimiento que al azar se trasladaron de un lado a otro, o se energizaron de cierta manera, sin sentido mayor ni menor. El dar gracias sería un aparataje, un disfraz bonito por sobre la cruda realidad de que sólo somos polvo de estrellas con vibraciones aleatorias.

Nótese que no estoy diciendo que para estar agradecido haya que creer en Dios. Es totalmente común que los humanos neguemos algo y de esa forma seamos inconsistentes con lo que profesamos como la realidad. Estoy diciendo, y ahora repito, que para un materialista no tiene sentido racional dar gracias, a menos que su agradecimiento sólo quiera decir que los átomos en su mente han vibrado aleatoriamente hacia una ilusión de aprecio hacia otros átomos que casualmente se ordenaron de tal o cual forma.

No. Para dar gracias, es decir, para estar agradecido de verdad, de forma racional y consistente con nuestra cosmovisión, hay que creer en que existe una realidad que transciende las moléculas y átomos sin orden ni propósito. Y para que haya propósito trascendente — dado que la materia de por sí carece de propósito — debe existir una mente trascendente que origine aquel propósito.

Todos los años para esta fecha recuerdo que todos los días de mi vida debo permanecer agradecido al Creador que ha dotado con propósito a esta creación, y descanso en que aunque yo no entienda el propósito completo de la creación (aunque voy aprendiendo poco a poco), El lo diseña y lo pone en efecto.

Gracias, de verdad, a todos ustedes por leer lo que escribo. Gracias a muchos de ustedes por ser mis amigos. Y a algunos de ustedes, aunque no me puedan dar gracias de forma consistente con su cosmovisión, a ustedes también les doy gracias.

¡Muchas gracias!

26.11.13

La carrera sin fin hacia la perfección

Ya les había dicho en mi post "Decisiones y Cambios" sobre algunas actitudes que he decidido abandonar. Allí les mencionaba que habían unos otros de los que no llegué a escribir. Aquí hablaré sobre otra.

Esta se describe con el título de este post, y no debe confundirse con el perfeccionismo. Este último pienso que es el no descansar en una obra hasta que haya alcanzado un nivel en que se le pueda denominar como "perfecta".

En cambio, lo que me ocurría a mí es que tenía una idea de cómo algunas cosas serían si fuesen perfectas, y estaba tan convencido de que se debía alcanzar ese grado, que me frustraba y me paralizaba por la insatisfacción. Es decir, no era que estaba haciendo algo para lograr ser perfecto, todo lo contrario. Como reconocía que no había llegado a la perfección, le restaba valor a todo lo que estuviera a mi alrededor, y me quedaba triste, a pesar de que no hacía mucho para cambiar la situación.

Es un sentimiento que efectivamente te impide avanzar. Sientes temor de dar el primer paso, ya que el primer paso debe ser perfecto. "Las cosas se hacen bien o mejor no se hacen," dice un dañino dicho.
Suena ridículo, pero en las práctica es un impedimento muy real. De hecho, por largos espacios de tiempo he abandonado este blog, en gran parte por esta misma razón. "Nada de lo que hago es suficientemente bueno. Escribiré cuando tenga algo bueno que decir."

Suena como una locura, pero es fácil caer en una serie de sobre-expectativas sobre tu persona. Es el mensaje que te alimentan todos los medios vía distintos medios. El mejor es el que llega, el más talentoso, el más esto y lo otro.

La idea raíz de esta actitud es:

"Estoy compitiendo contra el mundo, así que tengo que ser perfecto."

Ahora, ya que he hecho cambio de mente (metanoia) con respecto a esto, he reemplazado aquella idea con esta otra:

"No puedo ser perfecto por más que lo logre, y no está mal, porque estoy mejorando día a día."

La diferencia es que la primera se enfoca en una meta muy alta, prácticamente inalcanzable. Mientras esa meta esté presente, siempre provocará que me enfoque en un lugar en donde no estoy. También se enfoca erradamente en un estado inerte, el de ser perfecto, que es distinto a mi estado inerte actual, el de ser imperfecto. Un estado inerte es aquel que no cambia, y por tanto era imposible cruzar el valle entre esos dos conceptos.

La segunda, en cambio, derrumba la grandiosa meta, y de hecho la anula y la ignora por completo. No es el objetivo. Se enfoca más bien en el proceso como una serie de pasos pequeños, las cuales puedo tomar bien o mal. No hay por qué sentirse mal por no haber alcanzado el estado de perfección si el paso que acabo de dar fue en buen sentido. Y si no lo fue, aún me queda la habilidad para corregir e intentar de nuevo.

Es la parte "porque estoy mejorando día a día" la que combate la objeción de que abandonar la perfección es un conformismo. No lo es, y la evidencia es que, aunque nunca llegaré a ser perfecto, pienso que hoy soy mejor que ayer.

En mi mente, sé que en el plano humano la perfección es imposible (como Cristiano debería decir que sólo hay un hombre perfecto, pero ese es otro asunto). Yo sé que para mi, el alcanzar la perfección es un ideal nada más, pero estará siempre mucho más allá de lo que yo puedo alcanzar con mis esfuerzos, prácticas, estudios, etc.

No obstante, mi corazón de artista (músico y visual), mi atracción hacia la decadencia urbana, y otras experiencias marcan otro camino : el de la improvisación, sin fijar estándares, dejar que las cosas salgan de mi control confiando en que al final del día será lo que será, y toda mi ansiedad y preocupación no cambiará lo que ha de ser.

Perfecto solo Dios; por lo demás, de mí no puede salir otra cosa que no sea humana imperfección, que al aceptarla abandono la pretensión de que algún día en mi propio ser arribaré a lo perfecto en mi propia persona.

Que las cosas sean.

22.11.13

Idolatría Como Castigo

Se suele pensar en la idolatría como causa del castigo de Dios, pero aquí vemos la idolatría como el castigo mismo de Dios.

Isaías 19
2 Levantaré egipcios contra egipcios, y cada uno peleará contra su hermano, cada uno contra su prójimo; ciudad contra ciudad, y reino contra reino.
3 Y el espíritu de Egipto se desvanecerá en medio de él, y destruiré su consejo; y preguntarán a sus imágenes, a sus hechiceros, a sus evocadores y a sus adivinos.



12.11.13

El Problema con el Argumento Basado en la Maldad

Mi argumento en contra de Dios era que el universo parecía ser tan cruel e injusto. Pero, ¿de qué manera recibí esta idea de justo e injusto? Un hombre no determina que una línea esté torcida a menos que tenga una idea de una línea recta. ¿Con qué cosa estaba comparando este universo cuando le llamaba injusto? Si la escena completa era mala y sin sentido desde la A a la Z, por así decirlo, ¿por qué yo, quien se suponía era parte de la escena, me encontraba en tal reacción violenta contra ella?

Un hombre se siente mojado cuando cae en el agua, porque el hombre no es un animal acuático; pero un pez no se sentiría mojado. Por supuesto que yo pudiera haber abandonado mi idea de justicia diciendo que no era más que una idea de mi propiedad privada. No obstante, si hacía eso, mi argumento en contra de Dios también se colapsa — ya que el argumento depende de decir que el mundo en verdad es injusto, no que simplemente no complace mis anhelos.

Por tanto, en el acto mismo de tratar de probar que Dios no existe — en otras palabras, que la realidad completa está sin sentido — me encontré forzado a asumir que una parte de la realidad — es decir, mi idea de la justicia — estaba llena de sentido.

En consecuencia, el ateísmo es demasiado simple. Si el universo completo está carente de significado, nunca encontraríamos que no tiene significado; tal como si no hubiese luz en el universo, y por tanto tampoco hubiesen criaturas con ojos, jamás sabríamos que estaba oscuro. La oscuridad sería una palabra sin sentido.

— C.S. Lewis, “Las Concepciones en Rivalidad a Dios,” Mero Cristianismo