14.3.11

Un Consejo Horrible

Entre los peores consejos que se le puede ofrecer a una persona, hay uno que se lleva la torta con todo y espátula. De por sí es horrible, pero lo empeora aún más el hecho de que mucha gente cree que es un buen consejo, a tal punto que ya escaló la montaña de los slogans comerciales, pasó del otro lado, y sacó carnet de residencia en la villa del lingo popular.

¿Cuál es ese consejo? Es este:

"Nunca, nunca, NUNCA te rindas."

Seamos honestos: en la vida hay situaciones en la que es mejor rendirse. Hay caminos que conducen hacia ninguna parte, o bien te mantienen en el mismo lugar aunque al principio sientas que estás caminando.

Lo mejor es darse cuenta de que uno tiene una cantidad limitada de recursos (tiempo, energía, enfoque, confianza por parte de otros), y conviene depositar la mayor porción de esos recursos en lo que realmente valga la pena.

Desde que observemos que nuestros recursos están siendo desperdiciados, debemos rendirnos, reconocer que no tiene sentido continuar gastando innecesariamente, y redirigirlo a algo más productivo.

Yo sé que el consejo horrible usualmente pretende estimular a las personas quienes recién embarcan en una situación difícil, y a quienes les hace falta ánimo para seguir hacia adelante. En la mayoría de los casos, el consejo tiene la mejor de las intenciones.

No obstante, se ha hecho mucho daño vía las buenas intenciones. Este consejo absolutista ofrecido a alguien quien haya iniciado un camino inútil puede llevar a un desastre.

"Nunca, nunca, NUNCA te rindas"... ¿A una persona quien gasta su salario cada semana en loterías? ¿A una persona quien empieza un negocio sin la asesoría adecuada? ¿A un artista quien abandona a su familia y todo lo importante para alcanzar un potencial ilusorio? ¿A una persona quien decide no descansar hasta lograr vengarse de alguien quien le hizo daño? ¿A una persona quien persigue satisfacción carnal en muchas mujeres a la vez, aún estando casado?

En todos esos casos, y muchos otros con que tú y yo podemos toparnos, conviene rendirse, darse por vencido, levantar la bandera blanca y tirar la toalla. Es el primer paso antes de re-evaluar y redirigir nuestro parecer (metanoia).

1 comment:

Dora Tezanos said...

Yo el otro día preguntaba por twitter, cuando uno sabe que es demasiado, o sea cuando uno debe frenarse y decir "ya basta" "esto no va pa' parte"....

Me identifico con lo que dices, porque como tú entiendo que hay situaciones particulares en las que rendirse es la mejor decisión.