23.6.11

La Oración del Mercader, por Og Mandino

Cuando tenía unos 14 años, leí el libro "El Vendedor Más Grande del Mundo" por Og Mandino. Recuerdo que la historia me gustó, pero luego de dos décadas no la recordaba. Esta semana la leí de nuevo, y capté por qué me había tocado tanto.

Si no han leído la historia, no les dañaré la experiencia. Basta con decir que el libro habla sobre 10 pergaminos, cada uno sobre un consejo particular para vivir, y para tener éxito como profesional. El último pergamino es una oración, la cual les comparto traducida por mí acá. Me parece un excelente grupo de pensamientos y peticiones, especialmente para nosotros quienes somos profesionales y tenemos sobre nuestros hombros sustentar a nuestras familias por medio de nuestras habilidades.


Oh, creador de todas las cosas, ayúdame. Pues hoy salgo al mundo desnudo y sólo, y sin tu mano que me guíe me desviaré del camino que me lleva al éxito y la felicidad.

No te pido oro ni vestiduras, ni siquiera oportunidades iguales a mis habilidades; en vez de esto, guíame para que pueda adquirir habilidades iguales a mis oportunidades.

Le has enseñado al león y al águila cómo cazar y prosperar con diente y garra. Enséñame a mí cómo cazar con palabras y prosperar con amor para que yo sea un león entre los hombre y un águila en el mercado.

Ayúdame a mantenerme humilde a través de los obstáculos y fracasos; mas no escondas de mis ojos el premio que vendrá con la victoria.

Asígname tareas en las que otros han fracasado; mas guíame para recoger las semillas del éxito de sus fracasos.

Confróntame con temores que templen mi espíritu; mas dótame de la valentía para reír de mis dudas.

Concédeme suficientes días para alcanzar mis metas; mas ayúdame a vivir este día como si fuera el último.

Báñame en buenos hábitos para que los malos se ahoguen; mas concédeme compasión por las debilidades en los demás.

Permíteme reconocer que todas las cosas han de pasar; mas ayúdame a contar mis bendiciones de hoy.

Expónme al odio para que no sea yo un extraño; mas llena mi copa con amor para convertir a los extraños en amigos.

Pero que estas cosas sean sólo si es tu voluntad. Yo soy una pequeña y solitaria uva agarrada de la viña, mas me has hecho diferente de las demás.

Ciertamente, debe haber un lugar especial para mí. Guíame. Ayúdame. Muéstrame el camino, Señor.

Permíteme ser todo lo que planificaste para mí cuando mi semilla fue plantada y seleccionada por ti para florecer en la viña del mundo.

Ayuda a este humilde mercader. Guíame, Dios.

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