8.8.07

La Neo-Ortodoxia y el Tiempo (II)

Si Dios es omnisciente - y Charnock minuciosamente afirma la omnisciencia - entonces Dios sabe que Moisés condujo a los hijos de Israel fuera de Egipto. Pero no hay razón por qué este tema en la mente de Dios no pueda de igual forma ser considerado como un tema en la mente del ser humano. O bien, quizás más cuidadosamente deberíamos decir que, si el hombre puede saber alguna cosa, puede saber algo sobre el Exodo. Que el hombre ciertamente pueda saber una cosa u otra es garantizado por la doctrina de la imagen de Dios en el hombre. Ni la omnisciencia ni tampoco la eternidad requieren que Dios sea Totalmente Otro. Puede haber otro punto de similitud. Si el hombre no puede saberlo todo, por lo menos puede saber algunas cosas, ya que el hombre es un ser racional y no un tonto animal. La racionalidad es este punto de similitud. Sin la racionalidad divina, el Dios supuestamente omnipotente no pudiera decir ni una sola cosa, y sin la racionalidad humana el hombre no pudiese escuchar ni una sola cosa. Por tanto, atribuír a Dios la eternidad no lo vuelve Totalmente Otro ni tampoco completamente no-conocible.

La objeción menos profunda y menos importante a que Dios sea eterno- y por ser menos profundo es una conclusión anti-climática- es que la eternidad y la inmutabilidad previene que Dios conozca las experiencias humanas. Esto hace que Dios sea externo y ajeno al hombre, incapaz para la compasión, y por tanto le remueve como objeto de alabanza. Sistemáticamente, la respuesta a esta contención es que uno debería primero averiguar cuál es la naturaleza de Dios y después alabarle, en vez de erigir un criterio independiente de lo que vale la pena alabar y luego imaginarse a algún ser que cumpla con el criterio. En un nivel menos sistemático, uno pudiera preguntarle a los Cristianos si en verdad se imaginan a Dios sufriendo de un dolor de muelas. ¿Puede Dios ver el color azul, o tener alguna otra sensación? Si puede, entonces él deberá ser un organismo corporal, ya que los colores son estímulos de ondas pulsantes de energía que hacen contacto con la retina. Dejemos por un momento a un lado la ciencia contemporánea que ha dudado de la veracidad de las ondas de luz. Por lo menos, debemos preguntar, ¿Dios tiene retinas? Tales son las idioteces que resultan de asignar experiencias humanas a Dios. Dios ciertamente sabe que vemos el azul, pero Dios no ve el azul. Tampoco Dios tiene abscesos en su diente, aunque sabe que nosotros sí lo tenemos.

De cierto, la Encarnación fue necesaria porque la naturaleza eterna no puede sufrir. La Segunda Persona de la Trinidad se tomó un cuerpo físico y un alma humano para el propósito de sufrir dolor y muerte, lo cual en su naturaleza divina no podía hacer. Sin embargo, no nos queda tiempo para discutir la Encarnación ni las dos naturalezas de Cristo. En cambio, es necesario concluír rápidamente que de acuerdoo a la Biblia, Dios no tiene cuerpo, partes ni pasiones; y de acuerdo al Catecismo él es el espíritu infinito, eterno e inmutable en su ser; y en nuestras devociones Dios es la bendita Trinidad a quien alabamos.


(de "Time and Eternity", por Gordon Clark)


[FIN ]

1 comment:

Oscar said...

Barth (y con él Brunner y los demás) desarrollaron una teología que iba más allá de las estrecheces de la ortodoxia sin por ello abandonar ninguno de sus temas tradicionales. De igual modo, su teología evitaba la flexibilidad extrema del liberalismo sin por ello rechazar los logros de los estudios históricos, de la crítica bíblica, y otros movimientos modernos. Esto llevó a la recuperación de buena parte de la herencia del período patrísico y de la reforma, y también tuvo por resultado que Barth fuese ampliamente leído y respetado por los teólogos católicos contemporáneos, y que su impacto pudiera verse en buena parte del pensamiento católico moderno. Puedo estar de acuerdo o no pero es el tipo de estudiosos que quiero hoy.