Cullmann, Acerca del Tiempo (III)
Cullmann hace muestra de lo mejor cuando confronta la visión cíclica de la historia sostenida por los Estóicos y la tal-llamada visión de línea-recta del desarrollo de la visión histórica Cristiana. Los Estóicos tenían una teoría de recurrencia eterna, de algún modo similar a la de Friedrich Nietzche; y Platón, quizás sin una consistencia perfecta, tenía ciclos mundiales dentro las cuales existían evoluciones históricas repetidas, o devoluciones desde reinados hasta oligarquías, a la democracia, hasta la dictadura. Aunque el Cristianismo da paso a ciclos, como muestra el período de los Jueces- y no sólo los Jueces sino también los juicios de Dios sobre Egipto, Asiria, Babilonia- el tipo de ciclo encontrado en el Antiguo Testamento es básicamente diferente del de Platón o los Estóicos, y Cullmann ciertamente lo contrasta con ellos. Pero este es un asunto sobre historia, no sobre tiempo.
El punto más serio es que Cullmann no se queda sólo con la historia. El había utilizado la palabra tiempo, y esto inevitablemente lleva a uno a pensar acerca de la física y la filosofía, esto es, pensar sobre tiempo, y no sobre historia. De este modo, Cullmann desea mostrar que el tiempo en sí es "rectilíneo" (53) en el pensamiento Cristiano, y circular en la filosofía Griega (51ff): "El símbolo del tiempo para los primeros Cristianos, así como para el Judaísmo Bíblico y la religión Iraní, es la línea inclinada ascendente, mientras que en el Helenismo es el círculo. El tiempo se mueve en un curso circular eterno en el que todo recurre constantemente." En una nota al pie, él sustenta esta idea con una referencia a Aristóteles, Física, 4:14, "Pues ciertamente el tiempo en sí luce como algún tipo de círculo."
Cuando, sin embargo, uno consulta el contexto de Aristóteles, la ilusión de la relevancia desvanece. Aristóteles previamente había definido el tiempo como la medida del movimiento. Cualquier movimiento funcionará como medida. Pero la mejor unidad de medida es la revolución del Sol alrededor de la Tierra, pues, como dice Aristóteles, "Este es el que se conoce mejor." Ya que este movimiento es regular, la gente comúnmente piensa que el tiempo es la revolución misma. "Esto también explica la frase común de que los asuntos de los humanos formen un círculo, ... pues aún el tiempo mismo es considerado como circular" (Física IV 223b22-30). Este pasaje de Aristóteles en ninguna forma sostiene el constraste de Cullmann. Aún si algunos Griegos mal-educados no supieron distinguir entre el tiempo mismo y una unidad de medida del tiempo, así como algunas personas hoy día no saben distinguir entre el calor y un grado de calor, y aún si la opinión común sobre el tiempo es que es una revolución de veinticuatro horas, aún no habría en esto nada significativo para la teología. Esto no era lo mejor del pensamiento Helénico, como Aristóteles claramente muestra; y cuando alguno desea contrastar el pensamiento Griego y el Cristianismo, esa persona debiera huir de malentendidos populares, y considerar a Aristóteles mismo, o a algún otro filósofo notable.
(de "Time and Eternity", por Gordon Clark)
[Continúa . . . ]
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