Día 1, Negación de Hitchens (ateo)
De: Christopher Hitchens [ateo]
A: Douglas Wilson [Cristiano]
Tema: ¿Es el Cristianismo Bueno Para el Mundo?
En consideración a la pregunta citada arriba (por lo cual estoy en agradecimiento por su generosidad y hospitalidad al invitar mi respuesta), tengo completa confianza en replicar de forma negativa. Las razones son las siguientes.
1) Aunque al Cristianismo frecuentemente se le acredita (o se auto-acredita) con esparcir preceptos morales como "Amad a vuestro prójimo", yo desconozco evidencia alguna de que tales preceptos se derivan del Cristianismo. Para tomar una instancia de cada Testamento, no puedo creer que los seguidores de Moisés hayan sido indiferentes al asesinato y al hurto y al perjurio hasta que llegaron al Sinaí, y he notado que la parábola del buen Samaritano se trata sobre alguien que por definición no puede ser llamado Cristiano.
A estos puntos obvios, añado que la "Regla Dorada" es mucho más antigua que cualquier monoteísmo, y que ninguna sociedad humana podía haber sido posible o incluso imaginable sin una solidaridad elemental (que también permita el interés propio) entre sus miembros. Aunque no sea estrictamente relevante a la dimensión ética, iré más allá diciendo que ni la fábula de Moisés ni tampoco los salvajemente discrepantes relatos de los Evangelios de Jesús de Nazaret pueden proclamar la virtud de ser históricamente veraces. Yo estoy consciente de que muchos Cristianos también dudan de la verdad literal de estos cuentos, pero me parece que esto es un problema para ellos y no una dificultad para mí. Aún si yo aceptara que Jesús—como casi cualquier otro profeta grabado—haya nacido de una virgen, no puedo pensar que esto prueba la divinidad de su padre o la veracidad de sus enseñanzas. Lo mismo sería cierto si yo aceptara que haya sido resucitado. Hay demasiadas resurrecciones en el Nuevo Testamento para que yo ponga mi fe en una de ellas, y mucho menos emplearlas como la base de algo tan íntegro para mí como lo sería mi moralidad.
2) Muchas de las enseñanzas del Cristianismo son, además de ser increíbles y míticos, inmorales. Yo quisiera principalmente citar el concepto de la redención vicaria, en donde las responsabilidades de uno mismo pueden ser lanzadas sobre un chivo expiatorio y de esta manera llevados. En mi libro, arguyo que yo puedo pagar por tu deuda o tomar tu lugar en prisión, pero no puedo absolverte de lo que actualmente hiciste. Esta exorbitante fantasía del "perdón" es desafortunadamente empatado con una admonición igualmente extremista—el que el rechazar aceptar tan sublime oferta pueda ser castigada por una maldición eterna. Ni siquiera el Antiguo Testamento, que habla calurosamente recomendando el genocidio, la esclavitud, la mutilación genital, y otros horrores, se detiene para hacer mención de la tortura de los muertos. Aquellos quienes cuentan esta malvada historia a niños pequeños no son maldecidos por mí, sino que han sido maldecidos por la historia y también deberían ser condenados por aquellos quienes son repelidos por la crueldad infantil (una esencia moral subyacente en todas las culturas).
El escritor C.S. Lewis ayuda a apoyar mi punto, al enfatizar que las enseñanzas de Jesús sólo hacen sentido si el que las enuncia es el heraldo de un reino celestial inminente. De otro modo, ¿no sería moralmente peligroso denunciar el ahorro y el pensar en el mañana? Algunos de sus lectores pueden creer que esta enseñanza es cierta— en el sentido de una redención inminente— o moral. Yo creo que tendrían un tiempo difícil creyendo ambas cosas a la vez, y noto la futilidad, así como el agotamiento excesivo (a veces llamado "fanaticismo" en tributo a la manera en que dos cosas se halan en direcciones opuestas) de sus esfuerzos. Otra forma de decir esto es que si el Cristianismo nos pudiera salvar por sus enseñanzas, debería ya funcionar mejor para este tiempo. Y ahora mi punto sucesivo.
3) Si el Cristianismo se quiere tomar el crédito por la obra de Cristianos sobresalientes o de las labores de obras de caridad famosas, entonces en toda honestidad también debe aceptar la responsabilidad por lo opuesto. Yo no condescenderé a sus lectores en especificar cuáles son estos "opuestos", pero sugiero una vez más que pongamos atención en la Regla Dorada. Si se cantasen himnos y salmos para celebrar la esclavitud—sólo para tomar un ejemplo reciente— y luego lo cantan abolicionistas, ¿entonces seguramente la explicación no-fanática es que la moralidad no requiere permiso sobrenatural? Toda iglesia Cristiana ha tenido que hacer algún tipo de disculpa por sus roles en las Cruzadas, la esclavitud, el anti-semitismo, y muchos más. Yo no creo que tal humildad desacredita la fe como tal, porque tiendo a pensar que la fe es un problema para empezar, aunque también pienso que la humildad nos llevará a la conclusión necesaria de que la religión es una creación del hombre.
Por el otro lado de la humildad, la fantástica idea de que el cosmos fue creado con el hombre en mente me choca como la forma más alta de egocentrismo arrogante. Y esto me trae a lo que debería ser (entre los límites de este corto ensayo) a mi punto final. No estamos sin conocimiento sobre estos puntos, y las barreras se están expandiendo a una velocidad que asombra aún a los que no buscan una singular causa de tan vasto y diverso fenómeno. Hay mucho más asombro y más reverencia que se puede derivar de un estudio del cielo o de nuestro ADN que lo que puede ser encontrado en cualquier libro escrito por un comité temeroso en la era del mito (cuando Aquino tomóla astrología en serio y Agustín inventó el "limbo").
No puedo, por supuesto, probar que no hay una deidad supervisante que vigila cada momento de mi vida y que me castigará aún después de que esté muerto. (Sólo puedo estar feliz de que no hay evidencia para sustentar una idea tan horrible, lo cual sería similar a un Korea del Norte celestial en el que la libertad no fuera solamente imposible, sino también inconcebible). Sin embargo, tampoco ningún teólogo ha demostrado lo contrario. Esto quizás pudiera causar que el que cree y el que duda fuesen iguales—excepto que el creyente afirmaría saber, no sólo que Dios existe, sino también que sus más detallados deseos no son solamente conocibles sino en realidad conocidos. Ya que la religión dio su primer aliento cuando las especies habitaban en completa ignorancia y temor considerable, espero ser perdonado por declinarme en creer que otro ser humano pueda decirme lo que debo hacer, en los detalles más íntimos de mi vida y mi mento, y más allá dictar estos términos como si actuara como un representante de una entidad sobrenatural. Esta tiránica idea es mucho más antigua que el Cristianismo, por supuesto, pero a veces sí creo que los Cristianos poseen menos excusas para creer, y mucho menos desear, que una cosa así de horrible sea cierta. ¿Quizás su respuesta me provoque a reconsiderar?Sinceramente,
Christopher Hitchens
[fuente]
[introducción]