18.9.06

12 Refutaciones a la Inexistencia de Dios - Segundo Argumento

"El 'espíritu puro' no puede haber determinado el Universo."
-Sebastian Faure, 2do argumento

En el libro "Doce Pruebas de la Inexistencia de Dios", Sebastián Faure, bajo el segundo argumento, dice lo siguiente:


"A los creyentes que, a despecho de toda razón, persisten en admitir la posibilidad de la creación, les diré que en todos los casos es imposible de atribuir esta creación a su Dios. Su Dios es puro Espíritu. Y yo digo que el puro Espíritu: lo Inmaterial no puede haber determinado al Universo: lo material. He ahí porqué: El puro Espíritu no es separado del Universo por una diferencia de grado, de cantidad, sino por una diferencia de naturaleza, de cualidad."

Es irónico que siendo ateo, Faure empieza su segundo argumento ofreciéndonos una lección acerca de la ontología (cualidad de esencia o naturaleza) del Espíritu. Sin embargo, observamos que en realidad ha emitido un buen entendimiento de la diferencia entre lo espiritual y lo material. Estoy totalmente de acuerdo con la última oración de este párrafo, la cual repito:

"El puro Espíritu no es separado del Universo por una diferencia de grado, de cantidad, sino por una diferencia de naturaleza, de cualidad."

Si lo fuésemos a decir de otra manera, podríamos decir que el Espíritu, ya que no es meramente "más" ni "más alto" ni "más distante" que lo material, sino totalmente distinto en naturaleza, no puede ser considerado, medido, ni percibido por los mismos medios que a lo material.

Faure continúa explicando su concepto de lo espiritual así:

"De manera que el Espíritu puro no es ni puede ser una ampliación del Universo del mismo modo que el Universo no puede ser una reducción del Espíritu puro. La diferencia aquí no es solamente una distinción, sino una oposición, oposición de naturaleza: esencial, fundamental, irreducible, absoluta.

Entre el Espíritu puro y el Universo, no hay únicamente un abismo más o menos grande y profundo que podría ser calmado o franqueado: hay un verdadero abismo, cuya profundidad y extensión, cualquiera que sea el esfuerzo intentado, nadie ni nada podría colmar ni franquear."

¿"Nadie ni nada"? ¿Cómo sabe Faure esto? Esto no es lo que creemos los Cristianos, sino un punto que él ha asumido e introducido. Expando más sobre esto adelante, sigamos con Faure:

"Y yo emplazo al filósofo más sutil, lo mismo que al matemático más consumado, a levantar un puente, es decir, a establecer una relación - la que sea - (y con mayor razón una relación tan directa y tan estrecha como la que liga la causa al efecto) entre el Espíritu puro y el Universo."

¿Quiere una relación entre lo espiritual y lo material? Muy bien, acá está: El Dios todopoderoso puede franquear ese "abismo". Por supuesto, esto contradice su premisa de "nada ni nadie" señalada anteriormente, pero ¿por qué debe importarme que la verdad contradiga las premisas del ateo? Esa premisa de "nada ni nadie" no la insertó un Cristiano, ya que todo creyente entiende las muchas maneras en que Dios ha "cruzado" tal abismo: lo hizo en la creación, lo hizo en el huerto, lo hizo en la zarza, lo hizo en el torbellino, lo hizo en las nubes, y sobre todo, lo hizo en Cristo (Filipenses 2:5-7).

Así también Pablo dice "De uno solo, Dios hizo todas las naciones del mundo para que habitaran sobre toda la superficie de la tierra, habiendo determinado sus tiempos y las fronteras de los lugares donde viven, para que buscaran a Dios, y de alguna manera, palpando, Lo hallen, aunque El no está lejos de ninguno de nosotros. Porque en El vivimos, nos movemos y existimos, así como algunos de los poetas de ustedes han dicho: 'Porque también nosotros somos linaje Suyo.' " (Hechos 17:26-28).

El punto es que Dios no necesita cruzar grandes distancias para alcanzar el universo, ya que en lo espiritual no hay distancias (el mismo Faure había admitido esto en la apertura a este argumento, sin embargo, parece que se le olvidó inmediatamente). Vivimos, nos movemos, y existimos (somos) en El. La tensión del ateo yace únicamente en la premisa "nada ni nadie" del que insensatamente querrá apegarse (del cual tiene fe ciega).

Faure sigue, armando su conclusión:

"Llegado a este punto de mi demostración, establezco sólidamente sobre los dos argumentos que preceden, la siguiente conclusión:

Hemos visto que la hipótesis de una potencia verdaderamente creadora es imposible. Hemos visto, en segundo lugar, que, aún cuando se persiste en creer en esta potencia, no se podría admitir que el Universo esencialmente material haya sido determinado por el Espíritu puro, esencialmente inmaterial."

Como hemos visto por mis comentarios, sus dos argumentos en realidad no se establecen sobre una base sólida. Tampoco hemos visto cómo demostró que lo material no pueda partir de lo immaterial. Estas son afirmaciones de triunfo sin base alguna. Sin embargo, lo más irracional de este argumento viene a continuación:

"Si, a pesar de todo, vosotros os obstináis, creyendo, en afirmar que es vuestro Dios quien ha creado el Universo, ha llegado la hora de pediros dónde, en la hipótesis de Dios, se encuentra la Materia; en el origen, o en el principio.

Y bien. De dos cosas una: o bien la Materia estaba fuera de Dios o bien ella estaba en Dios (no le podríais asignar un tercer lugar). En el primer caso, si ella se hallaba fuera de Dios, es que Dios no ha tenido necesidad de crearla, puesto que ya existía; es que ella coexistía con Dios, es que era concomitante con él y, entonces, vuestro Dios no es creador."

En el segundo caso, es decir, si ella no estaba separado de Dios, ella estaba en Dios, y en este caso yo asumo:

lº que Dios no es el Espíritu puro puesto que él tenía en sí una partícula de materia, y qué partícula: la totalidad de los Mundos materiales.

2º. Que Dios, conteniendo la materia en él, no ha tenido que crearla, puesto que ella existía; no ha tenido más que hacerla salir, y en este caso, la creación cesa de ser un acto de creación verdadero y se reduce a un acto de exteriorización.

En los dos casos, no hay creación."

Esto meramente muestra un intento desesperado del ateo de forzar el recuento de la creación bajo un sistema materialista y ateo. Naveguemos con cuidado a través de sus conclusiones.

Primero, Faure pide saber "dónde" se encontraba la materia antes de ser creada. Concederemos que toda materia existente, por definición, puede ser ubicada en el espacio. Sin embargo, preguntar en dónde se ubica la materia inexistente es una demanda irracional. ¿Acaso sale Faure a buscar en qué país se encuentra la silla en la que se sentó en un sueño mientras dormía? La materia inexistente no existe, por tanto no puede ser ubicada en el espacio.

Por supuesto, el dilema del ateo es que no puede aceptar el concepto de materia inexistente, pues para él, por necesidad, toda materia es eterna. Pero al hacer esto, de nuevo notamos que su argumento es circular: "La materia no fue creada, sino que siempre ha existido; por tanto, la materia no fue creada . . . por tanto, la materia no fue creada . . . por tanto la materia no fue creada". El ateo puede repetir su premisa todas las veces que quiera, y nunca se convertirá en verdad.

Luego Faure introduce un dilema absurdo acerca de si la materia se encontraba dentro o fuera de Dios en el principio. Poniendo a un lado el hecho de que la materia inexistente, por ser inexistente, no ocupa un espacio (no está ni "dentro" ni "fuera"), preguntaremos, ¿de dónde saca el ateo su concepto de "dentro" y "fuera" de Dios? ¿Qué es lo que realmente quiere decir con esto?

Si lo que quiere decir es que la materia debe estar geográficamente dentro o fuera de Dios, rechazaremos su pregunta, ya que está hablando de un dios inventado. El Dios de la fe Cristiana no tiene "dentro" ni "fuera", geográficamente hablando, sino sólo los ídolos son ubicables en el espacio. Los términos "dónde", "lugar", "dentro" y "fuera" simplemente no son aplicables a lo espiritual.

También es digno de notar cómo Faure está desesperadamente agarrado de su presuposición (por fe ciega) de que la materia es eterna, ya que, aún hablando sobre la materia antes de ser creada, no la puede concebir de otro modo que "una partícula". Pero si la materia existía en forma de "una partícula", ¡entonces Faure no está realmente hablando sobre "antes de que la materia exista"! ¡Decídase por fin!

Otra cosa que me parece curiosa es la noción del ateo acerca de "la pureza". ¿De dónde la recibe? ¿En qué se basa su concepto de "pureza"? ¿Cómo es que Faure mide si algo espiritual es "puro" o no? ¿Qué sistema de medida objetiva y empíricamente evidenciable posee para medir lo "puro"? Podemos ver que su juicio de "pureza" es sólo una preferencia, una idea subjetiva y basada en el vacío. Dios pudiera tener "una partícula dentro de sí", sea como sea que lo entienda el ateo, y todavía ser completamente puro. Si el ateo cree que Dios debe ser juzgado por su opinión subjetiva de lo que significa "pureza", pues el ateo está hablando de un dios que no es el que reconoce la fe Cristiana. Nos uniremos con el ateo en negar la existencia de ese dios, aquel diosito que necesita inclinarse para que el ateo le juzgue y determine si es digno de llamarse puro o no.

Su segunda posibilidad nos pretende decir que si Dios tenía la materia en Sí, pues no fue creación sino exteriorización. Pero, ¿qué tal si Dios tenía la materia en Sí, pero la tenía en Su Mente (como nos lo revelan las Escrituras)? Dirá el ateo que una idea jamás puede convertirse en materia, pero nosotros no tenemos por qué regirnos bajo esta regla, ya que eso es verdad según las leyes naturales, no las sobrenaturales (que es de lo que estamos hablando cuando hablamos sobre la creación). De nuevo, el ateo sigue con su argumento circular, y tratando de imponérnosla.

Como hemos visto, Faure hasta el momento no ha ofrecido ni una sola evaluación acerca de las afirmaciones de la fe Cristiana, juzgándolas por sus propios méritos. Solamente nos ha dicho cómo Dios no puede existir ni haber creado dentro de un mundo ateo. Reduciendo las argumentaciones del ateo, observamos claramente la circularidad de sus argumentos: "Dios no existe, por tanto Dios no existe". Falacia del petitio principii.

Gozo en Su reposo,

A&R

1 comment:

RadikalGirl said...

Si!!!...excelente!!!..lo que me gusta de los escritos como los de Faure es que abren la oportunidad para compartir de nuestro SEÑOR, aquel Dios que alegan no existe.
Si, concuerdo contigo al afirmar que este escrito de las 12 pruebas de la inexistencia prometia más. Es un planteamiento superfluo e intelectualmente flojo. En mi opinion Faure estaba completamente amargado, su tratado debio llamarse: "12 pruebas de mi amargura y rabia contra Dios" mientras lo fui leyendo me di cuenta que este tipo conocia a Dios más de lo que se imaginaba y lo unico que hizo fue confirmar su existencia.
Pero me parece muy bueno que entre los cristianos fomentemos planteamientos asi, que nos lleven a pensar si en verdad estamos listos para defender con argumentos radicales nuestra fe y no solo quedarnos con la boca abierta cuando alguien se nos acerca a refutar lo que hemos creido.

Se que el Señor te esta usando por este medio. God bless u!!!.

p.d. Sebastian Faure (1852-1942)
Dios (¿¿-??) ETERNO.