17.7.06

El Golpe Bajo: Una Adaptación a la Apologética

INTRODUCCION

El golpe favorito del cultista / ateo es el golpe bajo. Probablemente ningún ejército en la historia de la guerra de ideas ha igualado al cultista / ateo en decepción y astucia. Desde la invasión secreta por parte de Joseph Smith, hasta las campañas de casa en casa de los Testigos de Jehová alrededor del mundo, los cultistas / ateos han utilizado todos los trucos y todas las decepciones para ganar ventaja. En estos tiempos, en que son acorralados cada vez más contra la pared, sabiendo que pelean una batalla suicida y de derrota, es de esperarse que se alejen más y más de las doctrinas ortodoxas, y que dependan más del engaño. La primera cosa que todo apologista que batalla contra los cultistas y ateos debe aprender es que bajo ninguna circunstancia se deberá confiar en ellos.

Aparte de su hablidad para el engaño, el cultista / ateo posee varias virtudes ideológicas extraordinarias. El obedece las órdenes implícitamente. El lucha hasta la muerte, aún cuando está enfermo o herido. Su constancia y vitalidad son sostenidas incluso en las más duras condiciones. Puede existir en el campo de batalla bajo mínimo mantenimiento. Es usualmente habilidoso para encubrirse, camuflarse y ocultarse.

Sin embargo, el soldado cultista / ateo también tiene varias tremendas debilidades ideológicas. Rigurosamente regimentado desde la temprana niñez, jamás ha aprendido a pensar por sí mismo. Es lento para reaccionar. Se apega demasiado rigurosamente a planes hechos de antemano, y fracasa en usar la iniciativa o la imaginación para adaptar el plan a situaciones cambiantes. Como resultado, queda en una desventaja particular cuando es sorprendido.

La forma de derrotar al cultista / ateo es sobrepasar sus virtudes y tomar ventaja de sus debilidades. Muchas de las medidas para contrarrestar a los cultos descritas en las siguientes páginas son tácticas apologéticas ortodoxas que ya utilizamos, o que son fáciles de aprender a utilizar - y mejor que lo que los cultistas y ateos las puedan llegar a usar. Las medidas de golpe bajo pueden ser contraatacadas sabiendo cuáles son esas medidas y sabiendo que todas dependen de un factor - la sorpresa. El antídoto de la sorpresa es la conscientización y educación.

Sólo la cabeza de una serpiente venenosa es peligrosa. Sólo una pequeña parte de su cabeza - los colmillos; la parte del cerebro es inadecuada. Mientras más sepamos sobre él - o sea, mientras mejor usamos nuestro cerebro - menos peligroso se vuelve. Su única oportunidad es sorprendernos. Si fracasa en hacer esto, sus posibilidades contra nosotros son nulas.


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Hoy encontré este manual del servicio de inteligencia de los EEUU, titulado "The Punch Below the Belt" (lo he traducido como "El Golpe Bajo") enseñando cómo prepararse para lidiar contra las tácticas de guerra de los japoneses, escrito en el 1945. Simplemente no pude resistirme a adaptar una parte a la guerra apologética a la cual somos llamados.

Las palabras y frases en verde son mis adaptaciones; lo demás lo he traducido y preservado lo más fielmente posible.

El manual original del 1945 es muy, muy "políticamente incorrecto" para nuestros tiempos; muchos lo pudieran hasta tachar de racista. Sin embargo, hay que notar que el peligro de aquella época era real e inminente. Se puede ver cómo en esos días, ya sea por bravura o por necesidad, se decían las cosas tal y como eran.

Ojalá hoy día lo "políticamente correcto" jamás nos domine, y que los creyentes siempre podamos hablar con un idioma plano y cortante, aunque para nuestros opositores sonemos "rudos", "insensibles" o "exclusivistas".

Si a alguien le gustó esta adaptación, déjenme un comentario, y consideraré adaptar un poco más de aquel texto, ya que casi todo es aplicable a la apologética.

Gozo en Su reposo,

A&R

2Co 10:1 Yo mismo, Pablo, les ruego por la mansedumbre y la benignidad de Cristo, yo, que soy humilde cuando estoy delante de ustedes, pero osado para con ustedes cuando estoy ausente,
2Co 10:2 ruego, pues, que cuando esté presente, no tenga que ser osado con la confianza con que me propongo proceder resueltamente (ser valiente) contra algunos que nos consideran como si anduviéramos según la carne.
2Co 10:3 Pues aunque andamos en la carne, no luchamos según la carne.
2Co 10:4 Porque las armas de nuestra contienda no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas;
2Co 10:5 destruyendo especulaciones y todo razonamiento altivo que se levanta contra el conocimiento de Dios, y poniendo todo pensamiento en cautiverio a la obediencia de Cristo,
2Co 10:6 y estando preparados para castigar toda desobediencia cuando la obediencia de ustedes sea completa. (NBLH)

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