30.10.06

"Adios" . . . o mejor "Hasta Luego"

Anoche Elvin Sánchez, nuestro amado amigo y hermano, dio su último aliento.

Con sólo 29 años, luchó alrededor de un año con un cáncer fulminante.

Tan sólo el año pasado lo recibimos en mi casa junto a su esposa Rosaura, y sus dos hijas Adela y Nicole.

Estaba en excelente salud, por lo que veían nuestros ojos.

Compartimos momentos muy cálidos juntos.

Cuando lo conocí hace casi 11 años, me cayó muy mal. No quería estar cerca de él. Creo que yo le caía mal también.

Dios tomó su vida y la hizo completamente diferente. Jamás he conocido un mejor ejemplo de una vida transformada por el poder de Cristo.

Por el reflejo de Cristo que emitía, fui amonestado y aprendí a quererlo y a aceptarlo, hasta el punto de considerarlo parte de la familia.

Para Chava, mi esposa, fue su mentor y ayudante en las cosas espirituales. Chava a su vez fue una especie de sustentora en mis tiempos difíciles, así que indirectamente le debo mucho a Elvin.

A mí me enseñó un ejemplo de sacrificio y desprendimiento, de emprender aún en las situaciones difíciles.

Aún recuerdo la primera vez que fuimos a comer pizza, cuando se puso a hablar de asquerosidades (como siempre).

Aún recuerdo su guaguita blanca en la que nos metíamos todos juntos.

Aún recuerdo sus chistes y lo fuerte (de volúmen) que hablaba.

Aún recuerdo oírlo predicando (era terrible, pero bendecía a muchísimos).

Aún recuerdo como cambiaba a un tono humilde en extremo mientras oraba.

Aún recuerdo que ostentaba tener una relación "irreverente" con el Señor, y sin embargo sus oraciones eran sumamente reverentes.

Aún recuerdo su "proyecto MM" (multi-millonario, ja!).

Aún recuerdo, lo bueno y lo malo, y le seguiré recordando.

Le recordaré siempre, ya que él como yo continuamos en el reposo eterno. Amén.


A&R

26.10.06

Aventuras en la Paternidad, cap. I: Es Todo un Hombre

Realmente no soy un padre controlador. No creo en eso de que tengo que colarle toda la información a mis hijos antes de que ellos la consuman. Mis razones son varias, pero la principal pudiera ser porque no creo en el discernimiento como un polvo mágico que cae del cielo, sino como una habilidad y un don que se ejercita (con la ayuda de Dios, claro está), y como si fuera un músculo, se requiere de tensión para ejercitarlo.

La sobre-protección a los hijos sólo puede dar como fruto la holgazanería intelectual, y eso sería como darle escorpiones cuando mi hijo me pide pescado. Especulo - y es sólo una especulación - que esta es una de las razones por las que los hijos de pastores suelen ser rebeldes. Por esto muchas veces prefiero dejar que mis hijos tengan libertad para ejercitar su habilidad de discernimiento. Pero como en todo, todo tiene su límite, y mi hijo inocentemente lo halló. Esta es la historia.

A Nathan Alexander, mi primer hijo (por cierto, se pronuncia "néi-tan"), le encanta los Power Rangers, esos héroes con cascos y que se visten en mallas de colores primarios y secundarios (y negro), que predeciblemente siempre tienen que pelear sin disfraz, luego con disfraz, luego en vehículos, que luego se transforman en un robot gigante, para darle un espadazo al "malo", lo cual pudieron haber hecho desde el principio y acabar con todo de una vez, pero nunca quieren, prefieren tomar el camino largo.

Realmente no lo culpo por su apasionamiento (estoy hablando de Nathan, no de los héroes en pijamas de colores). Yo mismo, cuando vivía en Japón y con 10 años de edad, me infatué con los Bioman, luego con los Dynaman, luego con los Changeman, luego con Jaspion, y luego con un par más cuyos nombres no recuerdo, pero sí recuerdo que tenían motocicletas que se transformaban en pistolas, y también sé que cuando saltaban provocaban explosiones de humo de colores primarios y secundarios (y negro). De tal palo, tal astilla.

En los Estados Unidos, a diferencia de Japón, han decidido mantener toda la diversificación bajo una sola "identidad de marca", la de los Power Rangers. Primero tuvimos a los Mighty Morphin' Power Rangers, luego a los Power Rangers Dino Thunder, luego los Power Rangers Ninja Storm, más tarde los Power Rangers Wild Force, y más luego los Power Rangers SPD. Como es de esperarse, a pesar de unos cambios leves en la temática y en los vestuarios, cada uno es una fotocopia del otro (o mejor dicho, de Ultraman . . . ¿o quizás fue de San Kuo Kai? Realmente no lo sé ni lo sabré jamás . . . Por cierto, ¿alguien conoce la versión pseudo-cristianoide, Bibleman? Es terrible.).

En los EEUU, como si hiciera falta más, la más reciente camada de héroes en colores primarios y secundarios (y negro) se llama Power Rangers Mystic Force (que significa "Fuerza Mística"). Cuando vi la primera promo para esta nueva iteración se me pararon las antenitas de vinil. Yo sabía que esto era una pieza más en la estrategia corporativa para introducir la brujería al consumo infantil, era evidente. Pero como mi hijo veía los otros, este también le despertó la curiosidad.

Pensé censurarle la televisión, prohibirle ver eso como le prohibo celebrar el Halloween, pensé de todo . . . pero preferí permitirle verlos, e incluso lo hice sin advertencias de mi parte. De eso se trata el ayudar a ejercitar su discernimiento, pienso yo.

(OK, pausa . . . ahora me dirijo a algunos de mis queridos hermanos en Cristo quienes ya están tronándose los dedos en preparación para escribir un comentario, acusándome de abrir "puertas espirituales" a demonios y duendes que vienen a atacarme y a comernos el cerebro a mí y a mi familia. A esos amados y bendecidos de mi familia espiritual, les pido que antes de escribir el comentario, lean los dos párrafos de apertura 3 ó 4 veces de seguido, y luego lean lo que dijo el apóstol Pablo acerca de la carne sacrificada a ídolos, y se pregunten si esas también eran "puertas espirituales", y si concluyen que lo eran, se pregunten por qué Pablo no les prohibió comérselo... y luego por favor observen cuidadosamente con una lupa el tronco incrustado en cada uno de sus globos oculares, y por favor no se olviden de medirles el ancho, largo, profundidad, peso, temperatura y presión sanguínea de esos troncos, y luego de que obtengan todos esos datos, pueden sentirse completamente libres de regresar acá y de acusarme de lo que ustedes quieran, incluso pueden tirarme piedras si ese es su deporte favorito, todo vale. Muchas gracias. Sigo.)

Ayer, Nathan vio un comercial vendiendo un juguete nuevo de los Mystic Force, una vara mágica con el poder del león saltarín, o no sé que más, baterías no incluídas. Consistentemente con su infatuación, se antojó del juguete, y me pidió con vehemencia que se lo comprara.

No, mis queridos hermanitos... sí, ustedes mismos, los que ya midieron la presión sanguínea de sus respectivos troncos, esta no es una señal de que mi hijo está siendo comido por seres espirituales invisibles sin poder sobre el Cristiano pero con poder sobre el Cristiano (por fin, ¡decídanse!). Esta sí es una señal, por más que duela - y a mí primeramente - de que el músculo de su discernimiento estaba recibiendo tensión.

Desde mi perspectiva como padre, una cosa es permitirle ver brujos con cascos de colores en la TV, y otra muy diferente es salir a comprarle una vara mágica con el poder de la salamandra hedionda, o algo así, baterías no incluídas. La observación y la participación son dos cosas diferentes (1 Tes 5:21), aunque reconozco que en algunos casos aislados, pueden ser iguales. Por eso sabía que era el momento de interceptar.

Lo senté en una silla delante de mí, y desde que dije la primera palabra, vi cómo el peso de su consciencia le bajó la mirada. En realidad no tenía que seguir hablando, porque inmediatamente su rostro reveló que había despertado a lo que estaba ocurriendo, pero de todos modos sentí que era mi deber continuar.

Le dije que le hablaría como a un hombre, porque ya está por cumplir siete años de edad y ya es un "big boy" (generalmente le hablo en inglés).

Le dije que yo le permito ver esa serie sólo porque confío en que él tiene suficiente madurez para entender cuando algo no le conviene (y si alguien me dice que un niño de siete años no tiene esta habilidad, se ve que usted no conoce a Nathan).

Le dije que, a pesar de todo esto, de ninguna forma le podía permitir que se involucrara en asuntos de brujería, porque no es compatible con su posición como hijo de Dios (por cierto, no le tuve que meter miedo de que vendrían a comerle; Nathan conoce el Nuevo Pacto, ya se lo he explicado antes, y él entendía perfectamente a qué me refería).

Y para finalizar, le dije que si le apoyaba eso, en verdad no lo estaba amando.

Nathan reaccionó muy bien, considerando su forma habitual de tomar las cosas; en otras palabras, no lloró. Su rostro reflejaba una combinación compleja de emociones: vergüenza con resignación con desilusión con paz. De hecho, casi inmediatamente cambiamos el tema y nos estábamos riendo de un asunto diferente.

Mi hijo cumple 7 años el próximo domingo, pero para mí siempre ha sido un hombre en potencia, pues lo veo por los ojos de la eternidad. Sé que su niñez es corta, y el tiempo se acaba para equiparlo para pruebas mayores, pero a pesar de todo esto estoy en reposo. No me preocupo porque sé que está estipulado en el Nuevo Pacto que "todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande" (Jer 31:34), y por eso es mi única responsabilidad recordarle siempre ese Pacto por el cual estamos rendidamente atados a nuestro Padre.



¡Feliz Cumpleaños, Nathan!


En reposo,

A&R

24.10.06

AUDIO: La Herencia y la Victoria

Ultimamente he estado super ocupado, desde una cantidad inusual de trabajo, hasta preparándome para estar sin mi esposa mientras ella viaja a la Rep. Dominicana. Por esto he mantenido en pausa el proyecto de las refutaciones a los argumentos de Sebastian Faure, pero de ninguna forma pienso dejarlo ahí. Gracias a todos los que han seguido los argumentos hasta el momento, y por favor continúen teniendo paciencia.

Mientras tanto, les comparto una predica que compartí con mi congregación hace un tiempo. Se titula "La Herencia y la Victoria". En esta prédica ofrezco bases para sustentar la idea de que el Cristiano no debe esperar para considerarse victorioso.

Cada vez me sorprendo más cuando observo la cultura de la Iglesia Evangélica actual, que constantemente posterga su victoria (usualmente hasta que supere alguna situación económica o de salud), y la comparo con los anuncios fuertes de triunfo y gozo por parte de los apóstoles y de la iglesia primitiva. Por supuesto, Atanasio siempre me llega a la cabeza como un supremo ejemplo de esto. Dice él:

"Tanto por la confesión de los espíritus malignos y por el testimonio diario de Sus obras, es entonces manifiesto, y que nadie lo dude, que el Salvador ha levantado Su propio cuerpo, y que El es el mismo Hijo de Dios, teniendo Su ser de Dios como de un Padre, Cuya Palabra y Sabiduría y Cuyo Poder El es. El es quien en los últimos días asumió un cuerpo para la salvación de todos nosotros, y enseñó al mundo sobre el
Padre. Es El Quien ha destruído a la muerte y nos otorgó la incorrupción por la promesa de la resurrección, habiendo levantado Su propio cuerpo como los primeros frutos, y manifestándolo por la señal de la cruz como un monumento a Su victoria sobre la muerte y la corrupción." .
- Atanasio, Sobre la Encarnación, La Resurrección

¡Cuán diferente a la cultura de derrota y de desfase que se ve en la iglesia Evangélica hoy día! ¡Cuan diferente a decir "hermano, no se preocupe, el Señor le concederá la victoria"! ¡Cuan compatible con las palabras del apóstol, "somos más que vencedores por medio de aquel Quien nos amó"!

Acá está la prédica, espero sea de bendición:


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Gozo en Su reposo,

A&R