28.4.20

Sobre Perdón E Impresiones

Algo realmente inusual me pasó ayer…

Hace par de semanas me metieron en un grupo de WhatsApp de la promoción de la escuela.

Yo honestamente nunca tuve muchos amigos en la escuela. Ese período de mi vida fue muy difícil, pero de eso les contaré en otro momento.

Cuando me invitaron a meterme en ese grupo de WhatsApp, yo titubeé, pues pensé que incluso pocos se acordarían de mí. Pero al final pensé, bueno, qué tengo que perder? En el peor de los casos me salgo.

El caso es que ayer mencioné en el grupo que ese período de mi vida fue muy doloroso, y que para colmo, cuando estaba cursando el 4to de bachillerato mi padre falleció. Por eso yo ni quería ir a la graduación, pero lo hice por mi madre recién enviudada. Pero no fui a la fiesta de promoción, no me interesaba nada de eso.

En fin, ayer una de las personas del grupo me pidió perdón porque se alejó de mí durante ese momento. Yo nunca supe que tenía a nadie cerca, en realidad, pero él me dijo que hablábamos mucho pero que él percibió que yo era metálico y que estaba envuelto en cosas raras, y por eso se alejó de mí. Por cierto, esto sucedió hace casi tres décadas.

Yo realmente no era metal, ni nada cerca. Yo no le daba mucha importancia a ese género — y de hecho, recientemente oigo más metal y hasta a conciertos he ido — pero en realidad no era algo que yo seguía en ese entonces. Sin embargo, aparentemente a él le dio esa impresión, y ayer me pidió perdón.

El caso es que me pidió perdón por algo que estaba fuera de mi conocimiento, de mi consciencia, ni sabía que algo así había sucedido.

Yo le dije que tuviera la consciencia tranquila, y que apreciaba sus palabras.

Esto me hizo pensar en las 700,000 impresiones que uno forja en los demás, sobre las cuales uno no tiene control. Mi actitud por default frente a eso es no prestarle mucha seriedad a lo que otros puedan pensar de mí…

…pero…

…Al mismo tiempo, me ayudó a reflexionar en las cosas que pudieran estar en las mentes de otros, almacenadas durante tanto tiempo, y que puede ser que uno nunca tenga consciencia de ellas.

Honestamente no tengo una gran reflexión ni conclusión sobre esto.

Sólo me puso a pensar.

23.4.20

"Viudos" al pecado

Meditando está mañana en el misterio de Romanos 7:1-6, donde se habla de que no podemos tener un nuevo pacto cuando el anterior aún está en vigencia. 

El apóstol Pablo lo explica en términos del pacto matrimonial, dentro del cual el primer esposo debe morir para que la esposa quede viuda, y por tanto libre para casarse de nuevo. 

Sin embargo, lo aplica a nuestra relación con el pecado y con la justicia, de tal modo que el hombre en su naturaleza carnal está "casado" con el pecado, y no puede quedar libre hasta que no muera. Esta muerte no se produce de forma subjetiva en cada quien, sino participando por medio de la fe en la muerte de Cristo. 

De esta manera, quedamos viudos a nuestros lazos anteriores con el pecado, y libres para un nuevo "matrimonio" con la justicia. 

Solo en estos términos debe comprenderse la idea de la Novia/Esposa del Cordero. Nuestro paso no es de soltería a esposa, sino de viuda a esposa.

10.4.20

"La Sangre De Cristo…" ¿?

Aún veo a personas diciendo frases como "la sangre de Cristo me protege de las enfermedades," como si fueran unas palabras mágicas que uno invoca para que el virus se aleje de uno.

Un día como hoy en que hacemos memoria de la crucifixión de Cristo, quisiera aclarar este tema.

Está errado utilizar esa frase de esa manera por las siguientes razones:

1) En el antiguo testamento, la sangre del cordero se utilizaba de forma ceremonial para implicar que nuestros pecados tenían una consecuencia. Todo pecado implica muerte.

Cuando Cristo da su vida por nosotros, Dios mismo encarnado se vuelve cordero, y derrama su sangre, recibiendo plenamente la condena que nos tocaba a nosotros.

Todo el que invoca al Señor y le recibe en fe recibe ese perdón por la sangre derramada por Él.

2) La sangre derramada nos libra de lo peor que nos puede pasar, que no es una enfermedad, sino de la condena por parte de un Dios que siempre hace justicia. Sea que uno se enferme o no, podemos saber que recibimos gracia y misericordia por esa obra sacrificial.

3) Aunque Dios, siendo Creador y Sustentador de la vida, y siendo Omnipotente, tiene poder para sanar según Su soberana voluntad, es completamente falso que todo el que recibe la misericordia de Dios está garantizado a tener salud perfecta.

En Efesios 2 vemos que Epafrodito, un fiel obrero cubierto con la sangre de Cristo, estuvo enfermo casi a punto de muerte (aunque fue sanado "porque Dios se compadeció de él). En Gálatas 4:13, Pablo — cubierto con la sangre de Cristo — dice que la primera vez que predicó a la iglesia de Galacia lo hizo enfermo. En 1 Tim 5:23, Pablo le dice a Timoteo — un fiel seguidor de Cristo cubierto con su sangre — que tome un poco de vino para aliviar sus problemas del estómago y sus frecuentes enfermedades.

La verdad es que cualquiera de nosotros puede caer o no en enfermedades, ya que vivimos en un mundo caído que gime esperando la consumación de todas las cosas.

4) Dicho esto, Dios es soberano para librar o no a cualquier persona del mal, y para sanar sobrenaturalmente a quien Él determine. Aparte de esto, sus hijos no hacen mal orando ni pidiendo por estas cosas, todo lo contrario. Él quiere que le pidamos por todo lo que entendemos deseable, incluyendo sanidad y libertad del mal.

No obstante, nuestras oraciones son en Su Nombre, lo cual quiere decir en la actitud y carácter de Cristo. ¿Y cuál es ese carácter? Es el que no se aferró a Su trono como Dios, sino que se humilló a lo sumo. Es el que pidió al Padre que lo liberara de la copa amarga de la pena en la cruz, pero quien también dijo que no se hiciera Su voluntad sino la del Padre.

5) Cuando uno dice "la sangre de Cristo me protege de las enfermedades," no sólo es un uso errado de la doctrina del sacrificio de Cristo (como ya he demostrado), sino que es un ejemplo desafortunado de cómo se tienta a Dios.

Cuando uno apela a ideas erradas de este tipo, tiende a exponerse a situaciones que pueden comprometer la salud propia y la de otros, creyéndose que Dios ha prometido algo que jamás ha hecho.

El diablo mismo le dijo a Jesús que se lanzara del tope del templo, apelando a que Dios por medio de sus ángeles le protegería de todo mal. Ante esta tentación diabólica, Jesús le respondió con el mandato justo de no tentar a Dios.

6) El pacto que tenemos con Dios no nos concede ningún derecho para hacer exigencias sobre lo que Dios debe hacer ni cuando debe hacerlo. Es completamente falso que nosotros podamos "decretar" algo; es Dios quien emite soberanos decretos, tanto en el cielo como en la tierra.

Las oraciones y pronunciaciones que pretenden manipular a Dios en efecto son estructuras idolátricas que buscan sustituir a un Dios soberano con imágenes terrenales.

Es mucho más provechoso remitirse a lo que Dios sí ha dicho, que repetir fábulas profanas y cuentos de viejas (1 Tim 4:7).

Y lo que sí ha dicho es que la sangre de Cristo, derramada para todo el que clama e invoca Su Nombre, tiene poder para purificar nuestras consciencias de obras muertas para servir al Dios vivo (Hebreos 9:14), y para darnos redención y perdón de pecados según las riquezas de Su gracia (Efesios 1:7).

Hagamos memoria de Su irremplazable acto hoy día, dándole gracias.