11.2.20

Cómo reacciono cuando me atacan...

Cuando la gente nos ataca, muchas veces perdemos el tiempo defendiéndonos ("¡eso no es cierto!) , justificándonos ("¡no soy tan malo!"), y en muchas ocasiones, atacamos a la persona quien nos ataca.

¿Cómo lo sé? Yo he hecho las tres cosas.

Y muchas veces.

Pero ya no. (O por lo menos, ejercito el no hacer ya esas cosas.) 

Mi reacción actual es un poco compleja, pero la resumiré así:

—> Yo soy todo lo que tú crees que soy, y hasta peor que eso.

...Mejor dime algo que yo no sepa.

Ahora, si me permites, te pudiera decir algo que tú quizás no sabes.

Precisamente porque soy peor de lo que crees, fue que uno inocente dio Su vida.

Lo que me tiene de pie no son mis pretensiones de qué tan bueno logro aparentar que soy.

Sólo estoy aquí porque mi Padre me vio sucio, y me cubrió con un traje limpio que le pertenece a Su Hijo.

Así que... Si ves algo malo en mí, quizás te quedaste corto en tu juicio. Y si ves cualquier cosa buena en mí, no es mío, sino sólo el traje que me regalaron.

... 

Todos somos como gente impura; todos nuestros actos de justicia son como trapos de inmundicia. Todos nos marchitamos como hojas; nuestras iniquidades nos arrastran como el viento. Nadie invoca tu nombre, ni se esfuerza por aferrarse a ti. Pues nos has dado la espalda y nos has entregado en poder de nuestras iniquidades. A pesar de todo, Señor , tú eres nuestro Padre; nosotros somos el barro, y tú el alfarero. Todos somos obra de tu mano.

—Isaías 64:6‭-‬8 NVI

4.2.20

En realidad... No sé

Una frase que se me ha hecho más y más fácil decir mientras más maduro en la fe es "no lo sé." 


No es mi responsabilidad saber todo, en realidad no puedo saberlo todo, y por tanto no tengo por qué llevar esa carga. 

Con sólo confiar que Dios sí lo sabe tengo suficiente, y puedo vivir complacido de lo poco que Él ha querido revelarme.